Ciudad de México, 8 sep. (AMEXI).- La reforma judicial, aprobada por los diputados de Morena, es un engaño, no es para mejorar el sistema de justicia ni para contar con más y mejores jueces que resuelvan de manera más rápida, afirmó el coordinador del PRI en San Lázaro, Rubén Moreira Valdez.
Por ello, pidió a los senadores votar en contra y con ello defender a México, y expresó su confianza en que la oposición en el Senado de la República piense en México.
Exhortó a no ser traidores a la patria avalando una propuesta que sólo busca poner una estructura a modo. Deben votar en contra de la destrucción de México y del sistema de derechos humanos.
Advirtió que tampoco se considera más presupuesto para el rubro ni más juzgados ni se fortalecerán las defensorías de oficio y a las fiscalías ni se garantiza más seguridad.
En cambio, detalló el priista, sí pone en riesgo la impartición de justicia para la gente, destruye nuestra democracia y la independencia entre los tres Poderes de la Unión.
En su programa “Con Peras, Manzanas y Naranjas”, el líder de tricolor en la Cámara de Diputados subrayó que la iniciativa no resuelve el problema de seguridad, por lo que seguirán aumentando los delitos y, sin más jueces, no habrá justicia en materia penal.
Alertó que es falso que la elección será popular, ya que la ciudadanía no va a elegir a los jueces ni magistrados ni ministros, en todo caso los va a seleccionar entre un gran número nombres que Morena y los gobiernos de ese partido pondrán en las boletas, “todos serán de ellos y no importa quien salga, serán sus incondicionales”, reiteró.
Pasaremos, dijo, de jueces preparados a otros seleccionados por algo parecido a una tómbola disfrazada de elección.
Moreira Valdez indicó que se quiere poner un tribunal a modo para controlar a los jueces, no para que sean mejores, sino para que hagan lo que les ordenen o para que no declaren inconstitucionales las decisiones del gobierno.
El coordinador del Revolucionario Institucional en el Palacio Legislativo de San Lázaro reprochó el hecho de que los ciudadanos quedarán indefensos ante el poder político, en especial los pobres y los grupos minoritarios, entre ellos las mujeres, ecologistas, indígenas y miembros de la comunidad lésbico, gay, bisexual, travesti, transgénero, transexual, intersexual y queer (LGBTTTIQ).