Según información psicológica, la admiración de los fanáticos hacia un artista suele comenzar en la adolescencia, etapa en la que buscan construir su identidad. Aunque esta percepción puede cambiar en la adultez, la conexión emocional persiste, y la partida de un artista sigue siendo considerada un dolor significativo para quienes lo admiraban, marcando su despedida del mundo terrenal.
«Las personas pueden llegar a sentir una gran admiración por un artista, al punto de desarrollar un apego que, en algunos casos, puede ser negativo. A veces, los fanáticos intentan imitar la conducta y la forma de vestir de su ídolo, especialmente durante la adolescencia, como parte de su búsqueda de identidad. En estos casos, su vida comienza a girar en torno a cómo parecerse a esa persona, dejando de lado su propio desarrollo, lo que puede reflejar una baja autoestima. Este tipo de apego puede llegar a ser dañino e incluso patológico. Aunque es natural que se presente en la adolescencia, en la adultez los sentimientos suelen transformarse y adquirir una perspectiva más madura.

«Se recomienda vivir las etapas del duelo. Todas las sociedades tienen ídolos, figuras a quienes admirar y seguir, personas con cualidades histriónicas y morales que inspiran a otros a ser como ellos. Esto responde a nuestra búsqueda de pertenencia. Silvia Pinal representaba a la mujer mexicana: entregada a su familia y protagonista de películas que reflejaban la idea de que, más que recibir, la mujer debía dar”, expresó Liliana Arias psicoterapéutica (página LiliaArias.net).
El impacto emocional de perder a un ícono como Silvia Pinal
La partida de Silvia Pinal, una de las figuras más emblemáticas del cine mexicano, dejó un profundo vacío en sus seguidores, quienes enfrentan un duelo similar al que vivieron generaciones anteriores con la pérdida de Pedro Infante. El fuerte apego y fanatismo hacia estas personalidades puede intensificar el dolor, convirtiendo su ausencia en una experiencia profundamente emocional. Este fenómeno demuestra cómo los íconos culturales trascienden el entretenimiento para convertirse en pilares emocionales y simbólicos en la vida de sus admiradores.
«Ahora que ya no está, se ha perdido un ícono, tal como sucedió en su momento con Pedro Infante. Sus seguidores sienten esta pérdida como algo muy cercano y atraviesan un duelo por su partida. Cuando existe un fanatismo intenso o un fuerte apego hacia estas figuras, el dolor puede ser profundamente significativo.»
«Lo que se recomienda es atravesar las etapas del duelo para poder soltar a la persona desde el amor y la gratitud. Esto puede lograrse recordando momentos positivos, como cuando brillaba en sus películas, mostrando toda su belleza y esplendor, o como la gran figura humana que fue en vida. Silvia Pinal no solo ayudó a muchas personas, sino que dejó un legado maravilloso, como su icónico programa de televisión «Mujer, casos de la vida real», agregó.

Lee: Hermano de Luis Miguel dedica conmovedor mensaje a Silvia Pinal
El duelo como parte natural del ciclo de la vida
El duelo es un proceso emocional que incluye etapas como la negación, la ira, la aceptación y, finalmente, la capacidad de vivir el presente. Enseñar desde la infancia que todos los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren ayuda a comprender que la muerte es parte del ciclo natural de la vida. Este aprendizaje fomenta una perspectiva más serena frente a la pérdida, recordándonos que, aunque despedir a alguien querido es doloroso, la vida continúa, y mientras alguien parte, miles de nuevas vidas comienzan en el mundo.