Michoacán ocupa el tercer lugar a nivel nacional con más agresiones a sacerdotes ocurridas entre 1990 a 2024, de acuerdo a la Unidad de Investigaciones Especiales del Centro Católico Multimedial (CCM).
En su reporte anual, la institución dio a conocer que en el estado los principales atentados contra los religiosos han sido los asesinatos registrados en los municipios de Apatzingán, Cuitzeo, Huandacareo, Los Reyes, Múgica y Puruándiro.
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Mientras que en el municipio de Ario de Rosales se presentó una agresión física, sin embargo, esta no conllevó la pérdida de la vida del cura originario de Tacámbaro, este se presentó el 10 de julio de 2020, donde un sujeto violentó al obispo Osvaldo Ával.
Los primeros registros de asesinatos de curas datan de 1994 y 1995
Tres años después, Javier García Villafaña, cura de la comunidad de Capacho, fue atacado a balazos en la carretera que va de Cuitzeo a Huandacareo, el 23 de mayo del 2023.
Los primeros registros de los que se tienen conocimiento ocurrieron en 1994 y 1995 cuando los sacerdotes de la Diócesis de Apatzingán, Abelardo Espinoza Aguilera y Miguel Marzán Arriola, respectivamente, aunque no se informó la causa de su muerte.
Por su parte, Manuel Miranda Ávalos fue asesinado, presuntamente, por integrantes de La Familia Michoacana.
En 2016 se intensificaron los homicidios a sacerdotes en Michoacán
Los homicidios se intensificaron a partir del 2016 cuando el 19 de septiembre el clérigo José Alfredo López Guillén fue levantado de su parroquia en la comunidad de Janamuato, de Puruándiro y encontrado cinco días después, sin vida.
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A raíz del asesinato fueron detenidos dos presuntos responsables, Vicente N. y Francisco N., quienes se supo que estuvieron conviviendo con López Guillén antes de arrebatarle la vida.
Dos años después, en 2018, el párroco Miguel Gerardo Flores Hernández estuvo desaparecido, desde el 18 hasta el 25 de agosto, luego de que su cuerpo fuera localizado en un paraje de Múgica, en la Tierra Caliente de la entidad.
«La Fiscalía General de Michoacán, detuvo a Abel “N” quien, de acuerdo con las pesquisas que integran la capeta de investigación, asesinó con arma de fuego al sacerdote Flores Hernández», según el documento del CCM.