Los últimos partidos de los octavos de final de la UEFA tuvieron uno de los mejores clásicos madrileños de toda la historia, una voltereta y dos equipos que jugaron por pura obligación.
Un derbi para los libros de historia
El Atlético tardó 27 segundos en explotar el júbilo de su grada, pues Julián Álvarez dejó pasar un centro por derecha que Connor Gallagher empujó para conseguir el gol de la tranquilidad. El golpe tempranero dejó aturdido al Real Madrid que, a pesar de tener más del 60% de la posesión, no supo cómo romper la defensa del Atleti.
Vinicius, Mbappé, Rodrigo y Jude Bellingham no aparecían en un partido en el que los merengues necesitaban de una genialidad para meterse al partido. El único que se presentó al juego fue Thibaut Courtois que tuvo que aparecer en repetidas ocasiones para evitar que la diferencia en el marcador fuera más abultada.
En la segunda parte, la tónica fue la misma, Real con posesión, Atlético con las oportunidades. Pero en la primera descolgada de todo el encuentro para los blancos, Mbappé recibió una falta dentro del área y el árbitro cobró penal. Increíblemente y para sorpresa del mundo entero, Vinicius Jr. voló su disparo y desperdició la ocasión.
El empate se mantuvo y llegaron los tiempos extras. En los 30 minutos adicionales, el Real Madrid fue mejor pero no lo reflejaron con oportunidades claras de gol. Sin movimiento en el marcador, los penales definirían el derbi de Madrid.
Los jugadores del Atlético se veían más nerviosos, reflejado con Álvarez que resbaló e hizo doble toque con la pelota, por lo que su intento contó cómo fallo. El capitán merengue, Lucas Vázquez, también erró, pero Marcos Llorente no pudo aprovechar para empatar la tanda y mandó su disparo al travesaño. Y en el penal más agónico de la serie, Antonio Rüdiger tiró a la derecha, Oblak le metió las manos pero sin fuerza y la pelota se metió lentamente para sentenciar que Madrid es, y siempre ha sido, merengue.
El subcampeón domina y gusta en Francia

El Lille no perdió el tiempo, pues a los 5 minutos se puso en ventaja con gol de Jonathan David en conjunto con un error grosero del portero Gregor Kobel. Al Dortmund le costó despertar, pero cuando lo hizo, de puro milagro no encontró el empate en tres ocasiones diferentes debido a la mala suerte y a Lucas Chevalier, que se vistió de Superman.
Hacia el final de la primera y el inicio de la segunda mitad, el Dortmund se adueñó del esférico y las oportunidades. El ansiado empate llegó de forma controversial al 54’, pues el árbitro cobró un penal polémico que Emre Can anotó por el centro del arco, y la justicia futbolística se dio al 65’ cuando Maximilian Beier giró en el área y colgó el balón al ángulo para consumar la voltereta.
El Lille, impulsado por su gente, buscó el tanto que los mantuviera con vida con mucha intensidad y amor propio, con lo que le metió dramatismo al final del partido, pero no fue suficiente y el cuadro de alemán se llevó la eliminatoria fuera de casa 3-2 en el global.
Los ingleses jugaron por puro trámite

Arsenal y Aston Villa consiguieron una ventaja considerable en los juegos de ida, por lo que ambos manejaron de buena forma sus respectivos partidos y confirmaron su participación en la siguiente fase de la competencia.
En Londres, los Gunners empataron 2-2 ante el PSV. El cuadro de Eindhoven tuvo lapsos de juego donde se vieron bastante bien, pero tener que superar una ventaja de 6 goles era imposible, por lo que un resultado digno era lo más que podían esperar.
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Y en Birmingham, Aston Villa le dio la misma receta al Brujas al ganar 3-0. Los belgas en la primera parte se adueñaron del balón, aunque no tuvieron muchos chances para reducir la desventaja en el global. Aún con un hombre menos, los visitantes buscaron proponer y ofender.
Pero en la segunda mitad, los leones jugaron en serio y golearon fácilmente a un rival con desventaja numérica, y con eso, la nueva Cenicienta de la competencia eliminó a la anterior.