Autoridades de Morelos investigan un posible desvío de recursos públicos del Filateq por aproximadamente 9 millones de pesos, autorizados para la compra de 15 motocicletas acuáticas con fines ambientales en el lago de Tequesquitengo, pero cuya existencia nunca fue acreditada.
¿Quién gestionó los recursos y con qué propósito?
La solicitud fue realizada por el Fideicomiso del Lago de Tequesquitengo (Filateq), durante el gobierno de Cuauhtémoc Blanco.
El entonces director del organismo, Dionisio Álvarez Anonales, tramitó los fondos ante la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) para adquirir “botes ecológicos” que supuestamente servirían para limpiar el lago y conservar la calidad del agua.
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¿Cuál fue la ruta del dinero?
La operación fue autorizada con rapidez, contando incluso con el visto bueno de la Comisión de Medio Ambiente del Congreso local.
En el proceso participó también José Luis Galindo Sámano, subalterno en el Filateq e hijo del secretario del ramo, José Luis Galindo Cortés.
A pesar del desembolso, hasta ahora no se han presentado facturas, contratos ni evidencia física de los equipos.
¿Qué anomalías se han detectado?
No existen registros de compra ni devolución de los recursos. En cambio, hay constancia del trámite administrativo que avaló el movimiento financiero, lo que ha generado suspicacias sobre un posible fraude orquestado desde dentro de la estructura gubernamental.
¿Qué consecuencias podría haber?
El caso ya forma parte de las denuncias acumuladas en la Fiscalía Anticorrupción de Morelos.
Dionisio Álvarez Anonales, señalado en varios expedientes por malos manejos, se encuentra prófugo desde hace meses tras ser vinculado con la venta irregular de terrenos en Tequesquitengo por más de 50 millones de pesos.