Por Javier Macías García
A 11 días de que concluyan las campañas, casi nadie conoce a los aspirantes a diversos cargos del Poder Judicial de la Federación. Los lineamientos para la propaganda, que aprobó el Instituto Nacional Electoral (INE) prácticamente impidieron que los candidatos a jueces, magistrados y ministros se mostraran ante la ciudadanía.
En las calles no se respira un ambiente electoral. A diferencia de otros procesos, los aspirantes no optaron por colocar propaganda impresa. Optaron por difundir su experiencia y propuestas a través de redes sociales o medios digitales. Pero también fue muy limitado, porque el INE prohibió pagar para potenciar o amplificar los alcances de sus contenidos, como la contratación de pautado publicitario.
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De acuerdo con la normativa de la autoridad, a los candidatos se les prohibió recibir financiamiento público o privado para sus campañas, además de la contratación directa o indirecta de espacios en radio, televisión o de cualquier otro medio de comunicación para la promoción de candidaturas, así como de espacios publicitarios y de promoción personal en medios de comunicación impresos o digitales.
Sólo resultaron beneficiados aquellos que lograron concertar entrevistas en espacios de noticias de algunos medios de comunicación. Sin embargo, una entrevista de 10 minutos no garantiza que los aspirantes resulten vencedores en la contienda electoral.
El Consejo General del INE aprobó que las campañas para los cargos federales tuvieran una duración de 60 días. Los Organismos Públicos Locales, por su parte, autorizaron que los aspirantes a cargos locales realizaran su propaganda sólo durante 45 días.
Así, el 28 de mayo concluyen las campañas. Pero fue una contienda desigual, que benefició a los candidatos que favorecen a la 4T, como Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loreta Ortiz, quienes aspiran a fungir como magistradas del Poder Judicial de la Federación. Para el Tribunal de Disciplina Fiscal, los favorecidos son Verónica De Gyves y Bernardo Bátiz.
A ellos se les brindó todo el apoyo para la organización de eventos, la difusión en medios de comunicación, la apertura de espacios en noticieros afines a la 4T. No se descarta que gobernadores y organizaciones afines, en estos últimos días, intensifiquen la promoción del voto por estos candidatos y, durante la jornada electoral, garanticen que sufraguen por ellos.
Por otro lado, Presidencia de la República y legisladores de la 4T hicieron hasta lo imposible para poder difundir la elección del Poder Judicial. Pero no se ha notado dicha promoción. Ni siquiera la presidenta Claudia Sheinbaum ha utilizado las “Mañaneras del Pueblo” para difundir que el 1 de junio habrá elecciones. ¡Vaya que lo prometió!
Algunos legisladores contrataron paredes para anunciar la celebración de la elección del Poder Judicial. Sin embargo, lo hicieron más para reforzar su imagen, que realmente motivar a la ciudadanía para que acudan a las urnas el primer domingo del próximo mes.
En general, este proceso electoral deja mucho que desear. La urgencia del gobierno de tener un Poder Judicial a modo, la falta de recursos económicos de los organismos electorales, la mala organización del Congreso de la Unión para seleccionar a los aspirantes, las lagunas en las leyes y la falta de tiempo del INE y los OPLE para realizar un proceso en forma, han hecho de esta elección un galimatías.
En los días posteriores a la jornada electoral, muchas voces descalificarán el proceso. Hay muchísimas irregularidades, que no la hacen una elección ejemplar.