En la última semifinal del Mundial de Clubes, el PSG pasó por encima del Real Madrid en el MetLife Stadium al ganarle 4-0 de manera convincente y contundente de camino a la gran final.
Con este resultado, el domingo la institución francesa se enfrentará al Chelsea para coronar al primer campeón del Mundial de Clubes en su nuevo formato.
Un duelo entre dos equipos en procesos opuestos, pues los parisinos son un equipo muy trabajado durante años de la mano de Luis Enrique, mientras que el Real Madrid apenas empieza su proceso con Xabi Alonso. Esta diferencia fue evidente y, aunada a los errores defensivos del cuadro blanco, hicieron sencilla la victoria francesa.
La figura notable del cuadro galo fue su esfuerzo colectivo, pero si hubiera que enaltecer a alguien tendría que ser a Fabián Ruíz por su doblete, al 6’ y al 24’, y por su capacidad de llegar a ambas áreas de manera constante. Ousmane Dembélé y Gonçalo Ramos anotaron los goles restantes, al minuto 9 y 87 respectivamente.
Del otro lado, al que hay que señalar es a Raúl Asencio, pues la expulsión de Dean Huijsen el partido pasado le dio la oportunidad de arrancar el encuentro y resarcir su error ante el Al-Hilal y su expulsión contra Pachuca. Pero el juvenil español respondió con otro error que condujo al gol, una mala exhibición y salió al 64’, por lo que desaprovechó completamente la oportunidad.
Un baile parisino

El Madrid intentó jugarle de tú a tú al campeón de Europa pero poco les duró esa intención, pues al minuto 6, Raúl Asencio se durmió en el área, Ousmane Dembélé le robó la pelota y, tras un contacto de Thibaut Courtois sobre el francés, la pelota le quedó a Fabián Ruíz que la empujó para rápidamente abrir el marcador.
El equipo blanco no tuvo oportunidad de lamentar el gol en contra, pues tres minutos después Antonio Rüdiger se equivocó de manera grosera y le dejó el balón a Dembélé, el cual venció tranquilamente a Courtois para prácticamente liquidar el encuentro.
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Los españoles no supieron reaccionar tras el segundo gol y no se acercaron a la puerta de Gianluigi Donnarumma en todo el primer tiempo. El PSG mantuvo la presión y anotó el tercero antes de la media hora, con una descolgada brutal que culminó nuevamente en los pies de Ruíz que, prácticamente en el área chica, la mandó guardar.
Un paseo para el campeón de Europa
La segunda mitad fue más de lo mismo, aunque el Real Madrid logró aproximarse más al área con complicidad del PSG. Pero a pesar de eso, el cuarto de los parisinos se veía más cerca que el primero de los españoles.
Xabi Alonso no encontró soluciones, algo que se puede criticar, pero ante el equipo de Luis Enrique, el mejor del mundo y una máquina que parece que nunca falla, el planteamiento y ejecución deben ser perfectos, algo que aún no está en la capacidad del técnico español por el poco tiempo que lleva al frente del equipo más grande de Europa.

Y para echar más sal a la herida, Gonçalo Ramos metió el cuarto, después de una gran jugada de Bradley Barcola, y celebró en homenaje a su compañero de selección, Diogo Jota, quien perdió la vida en un accidente automovilístico pocos días atrás.
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El árbitro central pitó el final del encuentro sin dar tiempo adicional, pues no había necesidad de prolongar el sufrimiento del Real Madrid, y con eso un equipo se regresa a la capital de España, con varias preguntas que tendrán que responder, mientras que el otro se queda en Nueva York para jugar la final en el MetLife Stadium.