La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró este miércoles que no existe una “preocupación adicional” ante los reportes de Estados Unidos sobre el uso de drones por cárteles del narcotráfico en la frontera norte del país.
En respuesta a las advertencias emitidas por funcionarios estadunidenses, Sheinbaum subrayó que “hay comunicación y coordinación con autoridades de Estados Unidos. No hay nada en particular de qué alertarse en este momento”.
Advertencia desde Washington
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) alertó ante el Senado que “es solo cuestión de tiempo” para que los cárteles mexicanos utilicen drones con fines ofensivos en territorio estadunidense.
Steven Willoughby, jefe del programa antidrones del DHS, detalló que desde agosto de 2024 se han intensificado los vuelos de drones cargados con explosivos improvisados, especialmente por facciones del Cártel de Sinaloa.
Según datos oficiales, se han detectado más de 27 mil vuelos de drones en la frontera, principalmente entre las 20:00 y las 4:00 horas.
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Respuesta del gobierno mexicano
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum reconoció que se ha detectado al menos un dron en el lado mexicano de la frontera, pero aclaró que no cruzó hacia Estados Unidos ni representó un incidente mayor.
El secretario de Marina, Raymundo Pedro Morales, explicó que los drones utilizados por grupos criminales son de tipo comercial, adquiridos en tiendas recreativas, y que no se ha confirmado su uso ofensivo en la zona limítrofe.
Colaboración binacional
“Lo que hay es ocupación, no preocupación”, aseguró la presidenta al destacar la coordinación permanente entre la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y agencias estadunidenses como la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Incluso, mencionó que existe comunicación directa entre comandantes de ambos países para monitorear cualquier actividad sospechosa en la región fronteriza.
Aunque las autoridades estadunidenses han elevado el tono de sus advertencias, el gobierno mexicano mantiene una postura de vigilancia activa sin emitir una alerta formal.
Plataforma de SpaceX ingresó sin autorización a aguas mexicanas
Por otra parte, el almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles denunció el ingreso no autorizado de una plataforma contratada por SpaceX a aguas territoriales mexicanas en el Golfo de México.
El objetivo de la embarcación era recuperar restos del cohete Starship, propiedad de la empresa de Elon Musk, que explotó durante una prueba en junio pasado.
Sin embargo, la plataforma no cumplió con los permisos requeridos, por lo que fue retirada por la Secretaría de Marina.
El gobierno de México analiza sanciones
Las autoridades mexicanas analizan posibles medidas conforme a la normatividad internacional.
“Estamos viendo las sanciones, porque realizaron trabajo sin permiso”, declaró el titular de la Secretaría de Marina.
Impacto ambiental en el Golfo de México
La presidenta Sheinbaum informó que los restos del cohete Starship causaron afectaciones ambientales en costas mexicanas, particularmente frente a Playa Bagdad, en Tamaulipas.
El estudio técnico sobre los daños ya fue concluido por diversas dependencias, incluyendo Semarnat, Marina, Gobernación y Relaciones Exteriores, y será presentado en los próximos días.
Preocupación por especies protegidas
Organizaciones como Conibio Global han documentado la presencia de residuos metálicos, plásticos y tanques presurizados en el lecho marino, lo que ha afectado hábitats de especies como la tortuga lora.
Además, se denunció que la plataforma arrastró estructuras pesadas que podrían haber dañado el fondo marino.
Posible acción legal internacional
Sheinbaum adelantó que su gobierno evalúa presentar una demanda internacional contra SpaceX por violaciones a tratados ambientales y marítimos.
“El Estado mexicano tiene la obligación de proteger su territorio y su biodiversidad”, afirmó. La plataforma fue retirada, pero el caso podría sentar un precedente en la regulación de actividades aeroespaciales privadas cerca de fronteras internacionales.
El ingreso sin permiso de la plataforma de SpaceX a aguas mexicanas encendió las alertas sobre la soberanía marítima, la protección ambiental y la responsabilidad de empresas privadas en operaciones transfronterizas.







