En algún momento de la vida todos hemos sufrido del llamado mal de amores, un estado de sufrimiento y malestar físico donde lloramos y nos lamentamos por la pérdida o la imposibilidad de tener una relación con la persona que deseamos, queremos o amamos.
No sólo existen los días del Amor y la Amistad, de la Madre o del Padre, incluso del Perro, el mal de amores es una situación muy importante para el crecimiento del ser humano que tiene una fecha en el calendario para recordarnos que se sufre, pero se aprende.
¿Una fecha para «celebrar»?
Cuando alguien nos gusta y luego nos enamoramos no pensamos en que ese amor llegará a un fin, que dolerá y nos partirá el corazón en pedazos, y no es que haya manera de prevenir esa circunstancia, pero sí una fecha que nos puede recordar con canciones, poemas, películas, y hasta memes, que nadie tiene un amor seguro.
Con el auge de las redes sociales, cada 29 de julio se “celebra” el Día Internacional del Mal de Amores, situación catalogada de sufrimiento y malestar físico y emocional ocasionado por la imposibilidad de vivir una relación de pareja armoniosa y estable con la persona que creemos es la dueña de nuestro corazón.
Los griegos y los romanos consideraban el mal de amores como una enfermedad “depresiva”, caracterizada por tristeza, insomnio, desaliento, abatimiento, debilidad física y parpadeo.
Pero el mal de amores no es sólo una sensación, sino un estado hormonal y psicológico que genera una serie de emociones y procesos bioquímicos como angustia, frustración, ira, tristeza, depresión, irritabilidad o cambios físicos.
No te preocupes, no es el fin del mundo
Aunque la desesperanza por un desamor o una ruptura desafortunada se siente insuperable, la realidad es que conforme pasa el tiempo el dolor disminuye si se tiene fuerza de voluntad.
Para lograr pasar la página, psicólogos y terapeutas recomiendan evitar contactar a la expareja y no espiar sus redes sociales; controlar las emociones y no sucumbir ante los sentimientos y emociones negativas que impidan continuar con la vida cotidiana.
También sugieren platicar con amigos, familia o un terapeuta sobre el tema, o realizar alguna actividad física o manual para liberar endorfinas, conocidas como la «hormona de la felicidad».
Y aunque no es una “celebración” reconocida por organismos oficiales, el Día Internacional del Mal de Amores es el pretexto para reflexionar sobre las diferentes facetas del amor y el desamor, que puede ser una etapa inevitable de la vida y para recordar a tu “crush” como un aprendizaje.