D e cara a la también cuestionada reforma electoral, para variar, se ponen de nueva cuenta en evidencia las muchas contradicciones internas que vive el partido Morena.
Por eso hace muy bien el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, en de plano “pintar su raya” con respecto a la posición que ha venido esgrimiendo ni más ni menos que la presidenta Claudia Sheinbaum respecto al tema.
Por cierto, la mandataria no quiere o no alcanza a entender que, en el mundo, la democracia sale cara y tal parece que ella quiere abaratar costos no precisamente en beneficio de ésta, sino para tener más recursos para tantos programas sociales que ha prometido y ofrecido y, en este sentido, hay que reiterar: no hay dinero que alcance.
Retomando… en conferencia de prensa, el también coordinador de la fracción parlamentaria guinda en la cámara baja ha demostrado tener un lado de mucho mayor apertura, a diferencia de la constante cerrazón que emerge de Palacio Nacional.
Específicamente el político zacatecano señaló, cuando le “tocaron el vals” de la reforma electoral: “No nos cansaremos para buscar consensos, esto implica que tenga que modificarse la iniciativa original que nos llegue”.
Ahí les puso la mesa, contundente, el diputado Monreal tanto a la titular del Ejecutivo federal como a una obstinada dirigente del partido Morena, Luisa María Alcalde, quien, en el colmo, le ha pedido a su militancia —especialmente a la cúpula— que se disfracen de pobres o eviten comprarse excesivos lujos como lo han hecho la diputada del PT conocida como Dato Protegido y su esposo, el presidente de la Mesa Directiva en San Lázaro, Sergio Gutiérrez Luna.
Pero ni esta feliz pareja le hace caso, mientras que el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, ya “respingó” ante un pedimento que de ninguna manera piensa cumplir.
Lee también: México es más grande que todo Morena; Alito Moreno; a Noroña se le “hace calabaza” su presidencia
El presidente de la Jucopo en San Lázaro —se subraya— ha hecho más que bien en marcar distancia y eso es lógico porque él ve todo el panorama de este tema; no como en Palacio Nacional, donde la visión es sumamente limitada y, además, engañosa, en una versión para “el pueblo bueno y sabio” que cada vez se hace más abstracto.
Por lo anterior, el diputado Monreal señaló que el primer acuerdo en este contexto debe ser con los aliados de los morenistas, el PT y el PVEM, que desde hace tiempo han manifestado sus dudas sobre el punto que tiene que ver con la eliminación de los plurinominales, al tiempo que ratificó que, por lo menos él, no tiene contemplado hacer de lado al PRI, al PAN y a MC.
“Haremos un esfuerzo extraordinario”, dijo y reiteró la necesidad de que esta iniciativa se tiene que modificar.
A las iniciativas de Sheinbaum se les cambia más de una coma
La presidenta Sheinbaum tampoco alcanza a entender que aquellos no tan lejanos tiempos en que su antecesor daba un golpe en el escritorio con el mensaje de que sus iniciativas debían transitar “sin cambiarles ni una coma”, ya pasaron.
Con todo y que la jefa del Ejecutivo insista una y otra vez que cuando ella asumió la Presidencia de la República “llegamos todas” (nada más falso), en los hechos, y como ya se indicó en líneas anteriores, no le hacen caso en su propio partido, por lo que su poder de convocatoria está más que mermado… y en esa tónica seguirá.
De acuerdo con diversos especialistas, sin el apoyo de las bancadas del Partido del Trabajo y del Verde Ecologista de México, la reforma electoral de Sheinbaum Pardo no va a pasar y eso sí sería una fortuna para la democracia mexicana.
Por ejemplo, el coordinador del PT en San Lázaro, Reginaldo Sandoval, declaró —a manera más bien de excusa— que analizarán con lupa la referida iniciativa, pero lo cierto es que hay en ese partido mucha inconformidad con Morena, mucha más que cuando el debate sobre el desafuero del diputado Cuauhtémoc Blanco. Por eso en sus anuncios de televisión el PT manda el mensaje constante de que ellos son “la nueva cuarta transformación”. ¿Será?
Por su parte el PVEM, desde que se creó, fue concebido como un partido bisagra que en coyunturas electorales sabe acomodarse —por no decir que es oportunista—. En el caso de la reforma electoral, también pueden definir y desde luego que no están de acuerdo con la eliminación de los plurinominales.
Obviamente, el diputado Ricardo Monreal no va a perder la alianza que tiene con los legisladores de ambos institutos políticos solo por alinearse a Palacio Nacional, ¿o sí?
morcoraq@gmail.com
