Finalizó temporada de la ópera “Tu cuerpo partido o veinte días negros” del compositor Germán Romero, en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque. Donde durante 4 cuatro funciones, del 31 de julio al 3 de agosto, hicieron estremecer al público con una historia contada con metáforas escénicas crudas, ríspidas y plácidas.
La puesta transcurre en el recuerdo, entre el privilegio involuntario y el mestizaje, profundizando en el despojo histórico de los pueblos indígenas, la esclavitud en las haciendas henequeneras y el racismo estructural que aún persiste.
Esta ópera parte del retorno a la casa en Mérida de Manuel, la casa que Aurora, su nana desmanteló piedra por piedra, simbolizando la destrucción del hombre blanco. El montaje incorpora lengua maya, metáforas visuales y una escultura inflable que representa tanto la memoria como el sueño, un espacio que encarna lo íntimo, lo político y lo histórico.
Los creadores del guion; Raquel Araujo, Germán Romero y Sásil Sánchez. La Dirección escénica estuvo a cargo de la experimentada directora de escena, dramaturga y actriz oriunda de Ticul, Yucatán, fundadora del Departamento de Artes Escénicas del Instituto de Cultura de Yucatán y del Centro de Investigaciones Escénicas de Yucatán, así como del Teatro La Rendija y miembro del Consejo Artístico Asesor de la Compañía Nacional de Teatro de México.
La escenografía, iluminación y producción general a cargo del Maestro Óscar Urrutia, que para esta puesta en escena creó una casa de aire, una casa imaginaria donde pudimos ver la intimidad de los personajes, el tiempo transcurrir en dos universos temporales. (Uno, el momento del regreso a la casa familiar de Manuel, otro, el recuerdo de la masacre de Chan Cenote, donde su bisabuelo Ignacio pierde la vida).
El trabajo escénico con la dupla Araujo/Urrutia, permitió a los espectadores contemplar los cuerpos de los actores generando sombras que formaban una doble escena, es decir la escena primaria y la que se proyectaba con sus sombras sobre imágenes de casas derruidas, de piedras, del mar; formando así las metáforas visuales que permitían admirar el paso del tiempo a través de una espléndida forma de manejar la elipsis temporal, lo cual nos lleva al valor agregado que tiene la maestría de Urrutia en la fotografía y el cine.
Interpretada por la joven actriz yucateca Katenka Ángeles, Lázaro González, cantante cubano radicado en Mérida, maestro de Canto, de Producción Musical, y Adiestramiento Auditivo, en la Licenciatura en Artes Escénicas y en la Licenciatura en Artes Musicales de la Escuela Superior de Artes de Yucatán, el Actor, director, dramaturgo, docente, productor escénico y gestor cultural; Juan Ramón Góngora, la soprano Cristina Woodward, Mariana Palma, Ángel González y Raquel Araujo. Acompañados por el coro Túumben Paax, integrado por Lucía Olmos, Lorena Barranco, Mitzy Chávez, Itzel Servín y Tatiana Burgos.
En una breve entrevista para AMEXI, el compositor Germán Romero comentó sobre este montaje: “Para mi esta ópera es una especie de punto culminante de varias líneas de trabajo en las que me ocupé durante casi 30 años. Es un proyecto muy antiguo mío, que empezó cuando tenía unos 20 años (ahora tengo 58). La idea de la ópera surgió de la lectura de un libro clásico llamado La Guerra de Castas de Yucatán, de Nelson Reed. Ese libro me marcó la vida creativa, porque me encontré con un acontecimiento de la historia de Yucatán del que no se habla, incluso se invisibiliza.”
El proceso creativo de una ópera
“Crear música a partir de la superposición de patrones rítmicos, polifonía a través de planos sonoros cuya suma genera que emerja la música en una suma de procesos”, lo cual genera texturas, algo de lo que le gusta hacer a Germán Romero, quien ha experimentado con la música acústica, en formaciones de ensambles de cámara, orquesta o conjuntos vocales, así como la creación de paisajes sonoros con ayuda de la tecnología.
Sobre su proceso musical, nos dijo que se ha dado cuenta que al paso de los años, en su creación ha descubierto que su obra está fuertemente ligada con vínculos personales, entornos donde ha estado, incluso el entorno donde creció: “Mi creación musical busca las sensaciones que generan esos entornos y el vínculo íntimo que tengo con ellos, al principio fue inconsciente y ahora lo tengo muy claro, trabajo por y para eso, música en la cual me pueda ver reflejado.”
Muchos podríamos pensar que hacer una ópera es algo que surge como un proyecto a corto plazo, que una simpe encomienda personal o institucional basta para crear una obra de esta magnitud. Para crear una ópera, los compositores deben tener no sólo el arrojo de hacerlo, sino la necesidad de comunicar una historia, un hecho y “como en toda ópera” una tragedia. La ópera tiene ciertos aspectos necesarios para ser considerada como tal, no sólo es la música, sino el libreto y la concepción de la misma. En el trayecto se debe verificar tener una obra homogénea musicalmente tanto en dotación como en estilo musical. Así como una trama consistente y un final que permita la reflexión.
Para Germán Romero, la obra está basada en una tragedia. El interés y la inspiración surgió hace más de 30 años, tiempo durante el cual compuso obras diversas con las que comenzó el discurso musical de lo que más tarde sería “Tu cuerpo partido”.
El maestro comentó en entrevista que dos de sus piezas formaron parte de esta puesta, transformándose o evocándose, como “Brisas”, compuesta para dos pianos entre el 2004 y el 2008, la cual inspiró al compositor para crear una de las arias de esta ópera, “La brisa es tan fuerte que te arrastra y flotas…” grabada en 2020 por el niño Andrés Matlacuatzin. Así también la obra “Tu sangre corre” compuesta en 2013 y 2014. Obra intensa, expresiva, tensa, donde los alientos y las cuerdas nos llevan a transitar por el misterio, la tristeza y el peligro, grabada por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, dirigida por José Areán. La cual también fue un punto de partida para ser transformada e integrada como el aria inicial, “Tu sangre corre por mi cuerpo…”.
Dejo a continuación “Brisas”, para deleite del lector.
La expresión como disciplina
“Lo que tengo en mi cabeza son ideas y procesos y es lo que me motiva a componer, llevar a cabo las ideas”.
Germán Romero es un destacado compositor y pedagogo musical de nuestro país. Egresado de la otrora Escuela Nacional de Música de la UNAM, ahora FAM (Facultad de música), y que como artista inquieto también por encontrar otras formas de expresión, desde hace ya varios años es fotógrafo y destaca por su sensibilidad al lograr capturar momentos íntimos de entornos históricos o personales. Su trabajo fotográfico le ha permitido compendiar un libro de fotografía en 2023, “Territorio de Ausencias”, un libro sobre los habitantes de la ciudad de México que pasan desapercibidos a la vista, así como la creación de su propia editorial fotográfica.
“Nunca tuve la intención de ser fotógrafo pensando de manera profesional, sino para conocerme a través de otro lenguaje artístico que no fuera la música, con la intención de hacerlo como aficionado y así comencé a estudiar de manera muy informal, no tomé clases de fotografía, pero sí he leído mucho al respecto, lo he estudiado y lo he puesto en práctica como una disciplina”
El proceso íntimo de la creación
Un incidente familiar lo llevó de vuelta a la casa de su infancia; una vieja casona abandonada en Mérida, “Parecía que habíamos salido así nomás, las cosas se habían quedado detenidas en el tiempo y cada espacio contaba una historia de un recuerdo, es ahí donde pude concebir, Tu cuerpo partido o veinte días negros”. Ese momento fue documentado fotográficamente por Germán.
Como una forma de acercar al lector a la obra fotográfica y musical de Romero, dejo el video “En tu recuerdo”.
La desigualdad ha dañado profundamente el comportamiento humano, crea injusticia, misma que en siglos permanece como una realidad vergonzante. El desprecio se ha mantenido como una práctica aceptada con el fin de humillar o menoscabar a una persona por motivo de raza, color, género, orientación sexual, discapacidad, origen étnico, religión, posición social, entre otros. Esta obra permite reflexionar sobre este tipo de violencia, la cual tristemente aún forma parte de nuestra cultura social.
Y hasta aquí mi guijarro del día de hoy querido lector.