La Retaguardia
Primera sesión de la SCJN, “miel sobre hojuelas”; Brugada, entre baches y bordes
Por Adriana Moreno Cordero
Y
finalmente, ayer se dio la primera sesión de la nueva Suprema Corte de Justicia del Acordeón (¡perdón!), de la Nación, que preside Hugo Aguilar Ortiz. Duró alrededor de cuatro horas, pero en mucho menos de ese tiempo se pudo observar que esta nueva y flamante Corte responde, y lo seguirá haciendo, a los intereses del partido Morena, así que el conocimiento no importa, diríase que está de más.
No hubo ceremonias indígenas ni limpias para guiar el trabajo de los ministros y ministras guindas que ya se sabe qué rumbo tendrán. Pero, eso sí, Aguilar Ortiz emitió un saludo en mixteco, así, con su toga llena de bordados y sin tener mucha idea de cuál debería ser su papel.
Lo que no podía faltar es que tuviera listo el escenario para su lucimiento ni más ni menos que Yazmín Esquivel de Rioboó, la primera en presentar una ponencia en este nuevo pleno. Y sonriente agradeció a los pocos, sí, los pocos, si se toma en cuenta el número de ciudadanos en México que votaron por ella, producto del acordeón, por cierto, porque, subrayó, de otra manera jamás se hubiera convertido en ministra electa “democráticamente”.
La primera sesión de la SCJN fue una sesión enmarcada por “la miel y las hojuelas”; tanta miel que hasta empalagó.
La ministra Loretta Ortiz —que ahora se presenta como fundadora de Morena— no se podía quedar atrás y también destiló su propio líquido endulzado al desear buena suerte al resto de sus compañeros.
“Estamos en una etapa que no admite indiferencia porque nos exige una justicia más humana, más sensible, más cercana a realidades concretas de todas las personas (…) Tenemos plena consciencia de la magnitud de la responsabilidad que asumimos». ¿Será?
No va a tardar mucho para que salgan los conflictos entre los nuevos ministros y ministras de la Corte del Acordeón (¡perdón!), de la Nación. Al tiempo.
Clara Brugada y su terror
La versión corre y se incrementa cada vez más; gira en torno a que el accidente del Puente de la Concordia, ocurrido el pasado miércoles, se debió a los baches eternos que se registran por esa zona, Iztapalapa, y para los que el gobierno capitalino, ahora a cargo de la flamante Clara Brugada, solo hace arreglos cosméticos, por encimita, sin cavar a profundidad, y con materiales de pésima calidad. Como prueba están los llamados “columpios” que se forman a lo largo de la zona y que nunca se han logrado arreglar.
Llama la atención también que, cuantas veces pudo, Brugada Molina presumió “con bombo y platillo” su famoso programa Bachetón Nocturno para tapar éstos que se forman a lo largo y ancho de la Ciudad de México y que, como está demostrado, sirvió para dos cosas y una de ellas es para nada, porque tanto unos como sendos socavones vuelven a la capital de la República una coladera.
No pocos de los testigos de la fatal tragedia sostienen que el chofer de la pipa en cuestión venía volanteando producto, precisamente, de esos baches, y le ganó el peso de la “salchicha” al volverse incontrolable.
Algo que no deja de llamar la atención es el temor, el terror que se respira en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento para que esta versión, de que la explosión de la pipa fue producto de los baches, no siga corriendo y más bien se subestime, porque esto se liga a la evidente incapacidad de la flamante jefa del gobierno capitalino.
Miriam Urzúa Venegas, secretaria de Protección Civil de la CDMX, ha sido especialmente insistente en declarar, cada vez que puede, que “claramente no fue un bache”, y apunta a que los peritos perfilan una línea de investigación como la buena: el exceso de velocidad del conductor, que se encuentra gravemente herido y en calidad de detenido en el hospital.
La jefa de gobierno de la CDMX se apersonó en la zona del fatal siniestro una hora después que éste ocurrió para dar la cifra de heridos y fallecidos. Y ayer, “bajo un operativo sumamente discreto” y por espacio de cerca de una hora, estuvo en alguno de los hospitales que recibieron a los heridos.
Pero ¿cómo para qué?, ¿en qué los beneficia a ellos y a sus familiares, que por horas estuvieron esperando información y apoyo de las autoridades capitalinas? “Nadie se nos ha acercado”, declaró uno de los miles de familiares de las víctimas.
La imagen de la señora Brugada Molina quedó muy mal parada después de esta terrible tragedia porque queda mostrada en todo su esplendor su evidente incompetencia. Ahí está la muestra de que la CDMX se le desborda.
Y con eso de que la funcionaria les tiene tanto miedo a los baches y por eso los llama “bordes” … Se nota que no tiene idea de lo que dice. Mejor que siga ahí perdida entre sus tristemente famosas Utopías.
morcora@gmail.com
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