Por Luis Ayala Ramos/Estado de México
La alcaldía Iztapalapa anunció que este año la ceremonia del Grito de Independencia se llevará a cabo únicamente en un formato cívico, sin verbena popular ni festejos masivos, como muestra de respeto y solidaridad hacia las víctimas y familiares del accidente del pasado 10 de septiembre en el Puente de la Concordia.
La alcaldesa Aleida Alavez Ruiz informó que se suspenden también las seis ceremonias que estaban programadas en distintos puntos de la demarcación, por lo que la única actividad se realizará en la explanada de la alcaldía.
“Este año, no celebraremos como acostumbramos. La situación que estamos viviendo nos exige estar más concentrados en el acompañamiento a las familias afectadas por esta tragedia”, señaló Alavez Ruiz.
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Ceremonia austera
La mandataria local detalló que la ceremonia del Grito será austera y solemne, con invitación abierta a toda la población, pero sin actividades culturales o recreativas adicionales.
“Será un evento sencillo y significativo, ya que es nuestra oportunidad de rendir homenaje a nuestra patria en un momento de reflexión colectiva”, puntualizó.
Además, anunció que la mañana del mismo 15 de septiembre se llevará a cabo el izamiento de una de las pocas banderas monumentales que ondearán en la Ciudad de México. El acto se realizará en el cruce de Periférico y Ermita Iztapalapa, en Periférico Oriente, a las 10:00 horas.
La bandera monumental pesa más de 240 kilos y, de acuerdo con la alcaldesa, representa un símbolo de unidad en medio de la adversidad.
“A pesar de la situación, es importante que sigamos enalteciendo nuestros símbolos patrios como un acto de unidad”, subrayó.
Pueblo solidario
En su mensaje, Aleida Alavez agradeció a la comunidad de Iztapalapa por la solidaridad mostrada tras la tragedia, destacando que “el pueblo iztapalapense ha demostrado una vez más su fuerza, empatía y capacidad de estar unido en los momentos más difíciles”.
La decisión de limitar los festejos patrios en Iztapalapa refleja un ambiente de duelo y respeto, privilegiando la reflexión colectiva por encima de la celebración.