La cantante Majo Aguilar estrena una versión muy especial de “Veracruz” misma que cuenta con la especial participación de su abuelo, José Carrillo, y con la cual une a dos generaciones, fusionando herencia y arte en una celebración conmovedora de la tradición y la familia.
Originalmente compuesta e interpretada por Agustín Lara, “Veracruz” es un himno atemporal que encarna la nostalgia, el amor por la tierra natal y la riqueza cultural del estado costero que la inspiró. Durante décadas, esta pieza ha sido reconocida como uno de los pilares de la identidad musical mexicana.
Su abuelo fue un apasionado de la música, aunque médico de profesión
Sobre la historia de su abuelo, Majo Aguilar expresó: “Mi abuelo, médico de profesión y cantante de corazón. Hace muchos años, cuando mi abuelo José se casó con mi abuelita Susana, eligió dedicar su vida a la medicina. Sin embargo, en su camino también tuvo un gran recibimiento en una importante compañía disquera como artista exclusivo bajo el nombre de José Carrillo.
“Todo apuntaba a una carrera en la música, pero tras una reflexión llena de honestidad decidió que sería una gran afición y no su profesión. El compromiso con su matrimonio y con su familia lo llevó a elegir la medicina como su vocación principal.
“Desde entonces, su guitarra nunca lo ha abandonado, y con ella nos ha regalado alegría, amor y el ejemplo de una vida dedicada a su familia, a sus hijos y a sus nietos. Hoy me llena de ilusión compartir que a sus 85 años, decidimos grabar Veracruz, una canción que me enseñó desde niña y que ha sido parte de nuestro repertorio en cada comida familiar”, acotó.
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El dueto muestra un punto de encuentro entre presente y pasado
El dueto de Majo y José representa el punto de encuentro entre pasado y presente, donde la tradición atemporal se fusiona con la interpretación moderna. Juntos, dan nueva vida a un clásico que sigue resonando a través de generaciones, mostrando el poder de la música para preservar la herencia mientras inspira el futuro.
El video musical, filmado en un estudio de grabación en Ciudad de México, captura el vínculo íntimo entre Majo y su abuelo. Comienza con un tierno momento en el que comparten café, galletas y risas antes de entrar a sus respectivas cabinas para grabar.
Las imágenes alternan entre sus actuaciones emotivas, intercambios juguetones y tranquilos momentos familiares, creando un poderoso paralelo de conexión dentro y fuera del estudio. Mientras las trompetas suenan, ambos se muestran bailando libremente en sus cabinas, completamente inmersos en la música.
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