Por Luis Ayala Ramos, corresponsal
En medio del dolor y la tragedia que vive Iztapalapa tras la explosión de una pipa de gas la semana pasada, integrantes de Repartidores Unidos de México demostraron que la solidaridad sigue siendo el corazón del pueblo mexicano.
Durante la jornada “Repartiendo Amor”, el colectivo distribuyó más de 200 tortas, 170 sándwiches, más de 150 vasos de café, además de refrescos y té, entre familiares de pacientes que permanecen hospitalizados.
Saúl Gómez, dirigente de Repartidores Unidos de México, señaló en entrevista que este esfuerzo colectivo busca demostrar que la unión hace la diferencia.
También son somos vecinos, amigos, hermanos
“No tenemos grandes recursos, pero sí un gran corazón. Decidimos organizarnos para que las familias de las víctimas no se sientan solas en un momento tan duro. La solidaridad es lo que nos mantiene de pie como sociedad”, expresó.
Dijo que la intención del colectivo es mantener esta labor más allá de la tragedia. “Queremos que la gente sepa que no sólo somos repartidores, también somos vecinos, amigos, hermanos, y que cuando se necesite vamos a estar ahí”.
Aseguró que esto es únicamente el inicio de muchas acciones en las que seguirán apoyando a su comunidad.
Indicó que al ver la presencia de cientos de personas en los hospitales cercanos a la tragedia, decidieron extender su apoyo a otros centros médicos de la capital, incluyendo La Villa, Xoco, Venados y Magdalena de las Salinas.
Así, compañeros y compañeras repartidores llegaron desde distintos puntos de la Ciudad de México y el área metropolitana -Atizapán, Ecatepec, Coyoacán, Gustavo A. Madero y Benito Juárez- para aportar su tiempo, esfuerzo y recursos.
Los familiares de hospitalizados agradecen la solidaridad
“Agradezco su apoyo a nosotros que estamos en una situación de la cual no tienes idea, es doloroso tener a alguien allá adentro. Muchas gracias por su apoyo y que Dios los bendiga. Ustedes están en la calle arriesgando su vida y exponiéndola en la vía, y eso no tiene precio”, dijo un familiar de paciente hospitalizado.

Los repartidores aseguraron que cada peso para la compra y preparación de los alimentos salió de sus propias carteras, lo que refleja la voluntad de una comunidad que no dudó en unirse para ayudar a quienes más lo necesitan.
Señalaron que la jornada también busca enviar un mensaje de esperanza: el pueblo mexicano nunca deja de ser solidario y, aún en medio de la adversidad, se multiplica la ayuda.
Desde Repartidores Unidos de México afirmaron que continuarán trabajando para que el dolor se transforme en esperanza y para que la ayuda llegue siempre a los más afectados.
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