Pedro Cotto, originario de la sierra de Los Tuxtlas en Veracruz, no solo desafió las estadísticas: las reescribió. Su vida es un testimonio de esfuerzo, resiliencia y visión. Migrante a los 12 años, trabajador del campo desde los 7, hoy es uno de los empresarios restauranteros más exitosos de México.
Pero su historia no se queda en el “sueño americano”. Al contrario, Cotto lo cambió por el sueño mexicano, regresando a su país para fundar Sal e Brasa, un restaurante que ha transformado el concepto de la gastronomía brasileña en México.
De dormir en la tierra a servir espadas de carne y mariscos
Pedro creció en la pobreza extrema. Dormía en el suelo sobre plásticos y pasaba días sin comer. A los 12 años decidió cruzar la frontera con Estados Unidos, buscando una vida mejor para él y su familia. Durante años trabajó duro en diversos oficios y, gracias a su tenacidad, logró convertirse en CEO de importantes compañías en el extranjero.

Sin embargo, algo más fuerte que el éxito lo llamó de regreso: el amor por su país.
«Mis pasos comenzaron descalzos en la sierra, pero hoy caminan firmes hacia el éxito.» — Pedro Cotto
Sal e Brasa: Un pedazo de Brasil en México
Con una mezcla de pasión, nostalgia y visión empresarial, Pedro fundó Sal e Brasa, un restaurante brasileño auténtico que ha roto esquemas. En apenas dos años, ya cuenta con tres sucursales en la Ciudad de México, y está próxima a abrir una cuarta en Cuapa.

Este restaurante se distingue por su concepto de churrasquería tradicional brasileña, inspirado en los asados del sur de Brasil que nacen bajo un árbol y se comparten en comunidad.
¿Qué ofrece Sal e Brasa?
Por solo 589 pesos, el comensal disfruta de una experiencia gastronómica completa que incluye:
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El tradicional Desfile de Carnes (Rodizio): Espadas con cortes jugosos al estilo brasileño.
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Opción Rockefeller: Mariscos servidos con estilo y sabor únicos.
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Barra de ensaladas: Variada, fresca y abundante.
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Postres incluidos: Desde mousse de maracuyá hasta pastel de tres leches.
Además, el servicio es de primera calidad, un punto que Pedro destaca como pilar del restaurante. “Queremos que cada peso que paga el cliente, lo reciba de vuelta en experiencia, sabor y atención”, señala.
Un concepto con causa: empleos y conciencia social
Con más de 140 familias que dependen del restaurante, Pedro asegura que su misión va más allá del éxito financiero. “El dinero alcanza para todos, pero está mal repartido”, menciona con firmeza. “Yo sé lo que es pasar hambre, por eso mi enfoque como empresario es generar empleo digno y oportunidades reales”.
¿Por qué un mexicano abrió un restaurante brasileño?
Pedro lo resume con honestidad: “Amo Brasil y amo el concepto. Y aunque muchos restaurantes dicen ofrecer comida brasileña, ninguno tiene lo que nosotros ofrecemos. Nosotros revolucionamos la gastronomía brasileña en México”.
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Una historia de superación que inspira
Pedro Cotto, hoy con 37 años, representa una nueva generación de empresarios que han superado la pobreza, la migración forzada y los prejuicios. Su historia inspira a miles: demuestra que no importa de dónde vienes, sino hasta dónde estás dispuesto a llegar.
Y que a veces, el verdadero sueño no está en otro país, sino en volver a casa y construir algo con propósito.