Luis Ayala Ramos
Ante la indiferencia de las autoridades municipales y estatales, padres de familia y vecinos de la colonia Manuel Hernández Pasión en Chicoloapan tomaron la iniciativa y comenzaron a construir por su cuenta aulas para el Centro Escolar de su comunidad, donde estudian cerca de 300 niños en condiciones precarias.
La comunidad ha exigido desde hace años la construcción de infraestructura educativa digna. Sin embargo, los gobiernos en turno han hecho caso omiso, dejando en abandono las necesidades de cientos de estudiantes que actualmente reciben clases en salones provisionales.
Durante la jornada de trabajo comunitario, madres y padres se organizaron para levantar muros y adecuar espacios que permitan a los alumnos estudiar bajo un techo seguro.
“El gobierno no voltea a ver nuestras escuelas, si no fuera por la organización de los padres y por el apoyo de Antorcha, nuestros hijos seguirían estudiando en condiciones muy malas. Hoy nos sentimos contentos porque lo que hacemos es por el bien de las nuevas generaciones, teniendo un espacio más digno”, declaró María López, madre de familia.
Indiferencia gubernamental
Los habitantes señalaron directamente la falta de voluntad política de la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, a quien reprocharon no haber atendido sus demandas pese a haber recibido múltiples solicitudes y pliegos petitorios.
“Siendo maestra y mujer, debería entender mejor lo que significa dar educación en condiciones dignas, pero no ha mostrado interés alguno”, expresaron molestos.
De acuerdo con los vecinos, esta omisión contraviene lo establecido en el artículo 3º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que reconoce la educación básica como un derecho fundamental, y en el artículo 4º de la Constitución del Estado de México, que establece la obligación de garantizar el acceso a una educación de calidad a todos los niños y jóvenes.
Las familias también recordaron que la Ley General de Educación, en su artículo 113, obliga a los gobiernos estatales a planear y garantizar infraestructura adecuada para el cumplimiento del derecho educativo. Por lo tanto, consideran que el abandono a su demanda constituye no solo una falta de sensibilidad política, sino una violación a derechos constitucionales.
Respaldo de Antorcha
La acción comunitaria, respaldada por el Movimiento Antorchista, fue interpretada como un ejemplo de organización social frente al abandono oficial. Sin embargo, los vecinos advirtieron que no es su responsabilidad construir lo que corresponde al gobierno y exigieron a las autoridades estatales una respuesta inmediata.
“La gobernadora puede invertir en propaganda, en giras o en discursos, pero cuando se trata de la educación de nuestros hijos, se queda callada y no actúa. Eso es lo que más indigna”, señalaron varios padres durante la faena.
Mientras tanto, los estudiantes siguen tomando clases en espacios improvisados, en medio de la incertidumbre y con el riesgo de que las lluvias o los sismos afecten los salones provisionales.
Los habitantes de Chicoloapan reiteraron que continuarán trabajando de manera organizada, pero advirtieron que no dejarán de denunciar públicamente la indiferencia del gobierno estatal, al que responsabilizan de incumplir su obligación constitucional de garantizar el derecho a la educación.
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