La nueva serie surcoreana de Netflix, “El genio y los deseos” ha dado mucho de qué hablar por su mezcla de fantasía con drama psicológico, y especialmente por el enigmático personaje interpretado por Suzy, que es incapaz de sentir emociones.
En su papel de “Ka-young”, la actriz da vida a una joven que parece incapaz de experimentar cualquier tipo de emoción, incluso frente a la muerte, el amor o el dolor.
Lo que en un principio parece una simple defensa emocional, se revela como parte de un diagnóstico profundo: trastorno de personalidad antisocial (TPA).
A lo largo de la serie, vemos cómo Ka-young se enfrenta constantemente ante una sociedad que busca llenar su vacío existencial con poder, belleza, control y éxito, pero nada parece ser suficiente.
Sin embargo, su vínculo con su abuela Pan Geum, cambia el rumbo de su vida, pues es la única figura que le enseñó, desde niña, a reconocer el valor de las emociones y posteriormente involucra a todo el pueblo para su educación.
¿Qué es el Trastorno de Personalidad Antisocial (TPA)?
El TPA es una condición psicológica caracterizada por un patrón persistente de indiferencia hacia los sentimientos de los demás, conducta manipuladora, impulsividad, y ausencia de culpa.
Quienes lo padecen se le percibe como fríos, calculadores y emocionalmente desconectados.
En la serie de Netflix, “Ka-young” encarna este perfil con precisión, pues se muestra distante, no reacciona a las pérdidas personales y toma decisiones extremas sin titubeos.
Pero lejos de convertirla en una villana, el drama muestra su mundo interior: una mente atrapada en el silencio emocional, donde los sentimientos no existen o no se comprenden y además es señalada por la sociedad.
Pan Geum: la abuela que encendió una chispa emocional
Aunque la “Ka-young” adulta parece impenetrable, la serie introduce conmovedores “flashbacks” en los que su abuela, Pan Geum, quien le enseñaba a identificar emociones desde pequeña.
Con recursos sencillos como cuentos ilustrados, juegos de imitación facial o gestos afectivos, Pan Geum buscaba romper la barrera emocional de su nieta.
Estos momentos no solo humanizan al personaje, sino que demuestran que incluso una infancia emocionalmente limitada puede contener semillas de empatía, y que los vínculos afectivos pueden dejar una marca profunda.
¿Se puede tratar el trastorno antisocial?
Aunque el TPA es considerado uno de los trastornos de personalidad más difíciles de tratar, existen enfoques clínicos que pueden ayudar a quienes lo padecen.
La serie toma estos elementos de forma simbólica, pero muy bien representados en el arco emocional de la protagonista.
Entre los tratamientos recomendados están:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento distorsionados.
- Terapia basada en la mentalización: permite al paciente desarrollar conciencia de los estados mentales propios y ajenos.
- Terapia de apego o familiar: como la relación entre Ka-young y Pan Geum, estas relaciones significativas pueden ser claves en el proceso de cambio emocional.
- Entrenamiento en habilidades emocionales y sociales: para desarrollar empatía, control de impulsos y comunicación interpersonal.
En la serie, aunque “Ka-young” no asiste a terapia como tal, el proceso de enfrentarse a los deseos concedidos por el genio actúa como una terapia indirecta, forzándola a confrontar su vacío interior y su incapacidad de satisfacción.
El deseo imposible: sentir
La premisa central del k-drama es una persona que puede pedirlo todo, menos emociones auténticas, pues ningún deseo puede reemplazar el valor de sentir de verdad.
Las emociones no se compran, ni se fabrican, pues se construyen con experiencias, vínculos y procesos internos complejos.
Con “El genio y los deseos” se pone en la mesa temas como la salud mental, el impacto del apego en la infancia y la complejidad del deseo humano, recordándonos que el mayor poder no está en obtener lo que uno quiere, sino en aprender a sentir lo que realmente importa.