En el partido Morena, todo puede ocurrir y eso ya no debería de sorprender a nadie. Por legislar sobre las rodillas y sin tener la menor idea de por qué están alzando la mano afirmativamente, o bien, porque la aprobación de las iniciativas que la presidenta Claudia Shienbaum envía al Congreso exhibe las muchas contradicciones que tiene hacia adentro Morena o con respecto a Palacio Nacional, con acciones que a todas luces resultan inconstitucionales, el oficialismo quiere componer el atole que han regado.
Tal es el caso de la tan llevada y traída Ley de Amparo, sí esa que el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, ya dijo que sufrirá modificaciones una vez que llegue a San Lázaro para luego devolverla al Senado de la República. O sea, el zacatecano les compondrá la plana a los senadores de su partido. ¡Qué tal!
Resulta que una mano oscura que se mueve en la Cámara alta pretendió que en el pleno se aprobara una especie de fe de erratas para quitar lo que ha sido un controvertido transitorio de retroactividad –que prohíbe la Constitución-, propuesto por el senador morenista Manuel Huerta Ladrón de Guevara; pero eso, a todas luces, es inconstitucional, es decir, no está contemplado que se lleve a cabo ese tipo de desatinos.
Y si no fue así, entonces, ¿por qué en el Senado se tardaron cinco días en enviar lo que aprobaron respecto al tema? Estamos hablando de un trámite que resulta sencillo, pero por lo visto, Morena y sus rémoras trataron de imponer su voluntad, porque hay que recordar además que la mismísima presidenta Sheinbaum ha venido sosteniendo que en la iniciativa de Ley de Amparo que salió de Palacio Nacional, no estaba incluido lo referente a la retroactividad.
Lo que sí es que hay que precisar que estamos hablando de que el diputado Monreal habló de más de una modificación, lo que bien puede traducirse en que no se pueden perder de vista otros errores u omisiones que dicha señalada ley contiene y que, en resumen, deja desprotegida a la ciudadanía para recurrir a esta herramienta que es el amparo.
Tampoco se puede soslayar lo dicho por la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Kenia López Rabadán, que desde hace unos días adelantó que el voto de su bancada, la del PAN, será en contra de la Ley de Amparo; se ubicó en su posición de líder de los diputados y diputadas y adelantó que impulsará un proceso de parlamento abierto, al tiempo que agregó que habrá cientos de reservas al dictamen que aprobó la Cámara alta.
Así las cosas, puede esperarse que estamos en el umbral de lo que será una discusión muy intensa y es un hecho que los diputados del oficialismo no pueden tener la misma actitud que tuvieron los senadores, porque, sin duda, la Ley de Amparo es uno de los temas más trascendentales.
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BERRINCHE DE SAUL MONREAL
Y hablando de alguna parte del discurso de la presidenta Sheinbaum en el Zócalo capitalino, el domingo pasado en el que se pronunció en contra de la corrupción -eso sí, sin tocar la que pulula en su partido Morena-, la traición (que también se da muy seguido en el partido guinda) y, ojo, el nepotismo, uno de los asistentes a ese multitudinario evento no pudo evitar hacer berrinche para seguir, como se dice popularmente, “montado en su macho”.
Se trata del senador Saúl Monreal, quien sigue empeñado en convertirse en candidato al gobierno de Zacatecas.
Concluido el evento en lo que también llaman el corazón de la Ciudad de México, de plano el senador Monreal se abrió a la posibilidad de que algún otro instituto lo reciba con todo y su “firme e intacta” aspiración política y no descartó ni al PRI ni al PAN.
Lo anterior, porque al hermano menor del diputado Ricardo Monreal le afecta sensiblemente que Morena haya prohibido el nepotismo para las elecciones de 2027; lo considera un mensaje con dedicatoria para él y de plano, dejarlo fuera. O sea, su hermano, David Monreal, actual gobernador zacatecano, fue el que lo fastidió en sus aspiraciones políticas. Todo por ser familia grande.
La presidenta Sheinbaum, a título personal, lo consoló y conminó a que se espere seis años para cumplir su aspiración política, “al cabo está joven”, tiene 48 años de edad. Dice que va a esperar a que los tiempos internos en Morena, pero como se consignó en líneas anteriores, con los guindas, todo puede pasar.
Mucho se comentó en los corrillos políticos que el senador Saúl Monreal tuvo como primera opción convertirse en candidato del Partido del Trabajo o del PVEM, pero al parecer, ambas rémoras de Morena están dispuestas a alinearse completamente al partido Morena.
No obstante, todo puede suceder y a la hora que en el tema de la reforma electoral se toque lo referente a los plurinominales, habrá que estar atentos a la reacción del PT y del Verde.
