Para abastecer el mercado con las tradicionales especies que adornan los altares y cementerios en todo el país en el Día de Muertos, productores de Tenancingo, Estado de México, luchan por mantener viva la floricultura; pese al abandono del campo y las difíciles condiciones climáticas, cientos de familias mantienen viva esta tradición que forma parte esencial de la identidad mexicana.
En comunidades como Francisco Zarco, San José el Cuartel y Santa Ana Ixtlahuatzingo, los campos comienzan a llenarse de color con la flor de cempasúchil, gladiola, alelí y nube, consideradas las más solicitadas en esta temporada. También destacan productores de Tenancingo otras variedades como margaritas, crisantemos, polares y rosas, que complementan la amplia oferta local.
Dicen que el campo está abandonado
Jerónimo Martínez Avelino, productor de rosas de la comunidad Francisco Zarco, comentó que la producción fue complicada por las recientes lluvias y la falta de apoyos institucionales, tanto del gobierno federal como estatal. “El campo está abandonado, pero seguimos produciendo porque de esto vivimos y es nuestra tradición”, expresó.
De acuerdo con los floricultores, la venta de temporada iniciará formalmente el 25 de octubre y se extenderá los primeros días de noviembre, con un flujo constante de compradores locales y foráneos que acuden al Mercado de la Flor “Xochiquetzal”.
Flores frescas a precios accesibles
En este centro de abasto, considerado uno de los más importantes del país, los visitantes podrán adquirir flores frescas a precios accesibles y apoyar directamente a los productores de Tenancingo, quienes confían en tener un repunte de ventas tras un año difícil para el sector agrícola.
Tenancingo cuenta con alrededor de mil hectáreas dedicadas al cultivo de flores, distribuidas entre invernaderos, túneles y macrotúneles. Esta actividad genera más de 10 mil empleos directos y otros 4 mil indirectos, lo que la convierte en uno de los pilares económicos del municipio.
A pesar de las adversidades, los productores aseguran que continuarán trabajando con orgullo y dedicación, convencidos de que la floricultura no solo representa un medio de vida, sino también una herencia cultural que distingue al Estado de México en cada Día de Muertos.
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