Habitantes de los complejos de favelas de los complejos Alemão (zona oeste) y Penha (zona norte), en Río de Janeiro, encontraron decenas de cadáveres tras una operación policial que incluyó helicópteros, vehículos blindados y dos mil 500 agentes de seguridad.
Los cuerpos de seguridad de esa ciudad tenían el objetivo de ejecutar un centenar de órdenes judiciales contra personas vinculadas a grupos delictivos, especialmente de la organización criminal Comando Vermelho.
Según la Defensoría Pública de Río de Janeiro, al menos 132 personas murieron, de las cuales cuatro son policías, mientras que los detenidos suman 81, lo que a su decir convierte este hecho en la operación policial más letal en la historia de Río de Janeiro, en la cual otros 14 agente resultaron heridos.
Organizaciones locales reportaron colapso en servicios hospitalarios y recogida masiva de cuerpos por la comunidad, y reclamaron garantías para familiares y la apertura de canales de investigación internacionales.
Criminales intentan engañar al pueblo, asegura el gobernador de Río de Janeiro
Esta fue la mayor operación de seguridad pública en la historia del estado, realizada luego de una investigación que duró un año e involucró a todas las fuerzas policiales de Río de Janeiro. El objetivo era alejar el conflicto de la comunidad, proteger a la población y “reducir los daños colaterales, explicó en su cuenta en X el gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro.
“Resulta repugnante ver hasta dónde está dispuesto a llegar el crimen en un intento por engañar al público. Circulan vídeos que muestran claramente la manipulación de cuerpos tras los enfrentamientos: personas cortando ropa de camuflaje, intentando alterar la escena para culpar a la policía”, aseveró el mandatario tas la ola de críticas por esta acción.
Los residentes de esas favelas aseguraron que encontraron los cuerpos en zonas de difícil acceso y algunos con signos de ejecución; asimismo, denunciaron que no recibieron apoyo oficial para el levantamiento de los cadáveres ni asistencia forense.
“Estamos recogiendo los cuerpos con nuestras manos, mientras ellos se van”, declaró un líder comunitario bajo anonimato.
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Falta actualizar el balance de víctimas mortales
Los habitantes de la zona, sobre todo quienes buscaban a sus familiares desaparecidos tras el operativo, trasladaron a la cercana Plaza Saõ Lucas al menos 72 cuerpos que hallaron, sin que se tenga claridad sobre si esas personas estaban incluidas en la lista de fallecidos. Falta actualizar el balance de víctimas mortales, expusieron testigos en el lugar.
La operación en esa ciudad de Brasil reavivó críticas sobre el uso de la fuerza en intervenciones policiales en zonas periféricas, así como sobre las condiciones de hospitales y servicios de emergencia en las áreas afectadas.
Brasil debe romper el ciclo de brutalidad extrema, exige las Naciones Unidas
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, el austriaco Volker Türk, expresó consternación y pidió una investigación independiente sobre el uso de la fuerza letal durante la intervención, que, según la oficina, dejó decenas de muertos en 48 horas.
“Comprendo perfectamente las dificultades que supone tener que lidiar con grupos criminales violentos y bien organizados como el Comando Vermelho. Sin embargo, la larga lista de operaciones que han provocado numerosas muertes —que afectan desproporcionadamente a las personas de ascendencia africana— plantea interrogantes sobre la forma en que se llevan a cabo dichas redadas”, declaró Türk
“Brasil debe romper el ciclo de brutalidad extrema y garantizar que las operaciones policiales cumplan con las normas internacionales sobre el uso de la fuerza”, exigió en un comunicado.
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