Escuelas sin comida chatarra: avance nacional con desafíos pendientes
| 86% de los planteles ya no venden comida chatarra
La Secretaría de Educación Pública (SEP) informó que 86% de los planteles escolares ha eliminado la venta de comida chatarra en sus cooperativas, como parte de la estrategia “Vive saludable, vive feliz”, que busca transformar las escuelas en espacios de bienestar, comunidad y salud.
El secretario Mario Delgado Carrillo destacó que esta política pública se aplica en más de 264 mil escuelas públicas y privadas de educación básica, media superior y superior, y se sustenta en los Lineamientos Generales para la Preparación, Distribución y Expendio de Alimentos y Bebidas en las Escuelas del Sistema Educativo Nacional.
| Capacitación masiva y entornos protectores
Hasta la fecha, casi dos millones de personas han sido capacitadas en línea sobre la preparación y distribución de alimentos saludables. Además, se han distribuido 300 mil ejemplares del Manual para personas que preparan, distribuyen y venden alimentos en escuelas primarias y secundarias en las 32 entidades federativas.
La estrategia forma parte de una política educativa integral en salud, alineada con los principios de la Nueva Escuela Mexicana (NEM). En ella se promueven la alimentación balanceada, la actividad física y los hábitos saludables como parte del proceso formativo.
“Educar también es cuidar. Queremos que cada escuela sea un espacio de bienestar, de comunidad y de salud”, afirmó Delgado.
| Participación comunitaria y sustitución de menú
La SEP reconoció el papel de directivos, docentes y familias en la vigilancia del cumplimiento de los lineamientos. Los expendedores de alimentos reciben capacitación en coordinación con la Secretaría de Salud para ofrecer menús saludables que sustituyen refrescos, frituras y dulces por agua, frutas, tortas y ensaladas.
| Escuelas sin comida chatarra: ¿se están alcanzando los objetivos?
Especialistas como Simón Barquera (INSP), Alejandra Cantoral (IBERO) y Mauricio González (UNICEF) coinciden en que el programa representa un avance significativo, pero advierten que no es suficiente por sí solo.
“Es un gran paso, pero la obesidad requiere abordar múltiples capas del problema”, señaló González.
Organizaciones como UNICEF y Alianza por la Salud Alimentaria destacan que el éxito depende de supervisión constante, resistencia a presiones industriales y sanciones efectivas. También señalan que sin campañas para padres y capacitación docente, los hábitos saludables no se sostienen fuera del entorno escolar.
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| La comida sana sigue siendo más cara
Los expertos coinciden en que el programa tiene una implementación efectiva del 80-90%, con impacto inicial en la reducción de basura escolar y freno a la inercia de la obesidad. Sin embargo, su impacto a largo plazo (2-5 años) dependerá de medidas complementarias como educación nutricional, regulación extraescolar y subsidios para alimentos saludables.







