*Norberto Soto Sánchez (Psicólogo y Mtro en Educación por la UAS;
candidato a Dr. Por la UPN Ajusco)

En la anterior entrega de esta columna (https://cutt.ly/rr5C0C8c) hablé sobre la organización Conacce Champlains Internacional, la cual a finales de septiembre otorgó al rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Jesús Madueña Molina, el nombramiento de “embajador de buena voluntad y de paz”.
Tomando en cuenta los antecedentes del rector uaseño ─pertenencia a un cacicazgo universitario con probados vínculos con grandes capos de la droga; investigaciones por desvío de cientos de millones de pesos del presupuesto universitario; uso de métodos represivos gansteriles contra universitarios democráticos; etcétera─ me sentí intrigado en torno a la organización que le estaba dando el nombramiento y decidí investigarla.
Lo que encontré realmente no me sorprendió: Conacce Chaplains es una de tantas organizaciones internacionales involucradas en filantropía, pero que mantienen vínculos con el Estado sionista de Israel, cuyas fuerzas armadas, desde el 7 de octubre de 2023, han impulsado una nueva etapa, mucho más agresiva, de una limpieza étnica que han estado llevando a cabo en la Palestina ocupada, al menos, desde 1948.
Si Conacce Chaplains es capaz de apoyar a un gobierno supremacista que está cometiendo un genocidio ─hasta la ONU ha reconocido que lo que Israel está haciendo en la Franja de Gaza son actos genocidas (https://cutt.ly/Mr5CZgQf)─, otorgarle a un rector universitario ligado al narcoparamilitarismo en México el nombramiento de “embajador de buena voluntad y de paz” no era realmente una incongruencia.
Más aún cuando es bastante probable que el reconocimiento haya tenido un costo para la UAS en el marco del desesperado intento de rectoría por hacerse de legitimidad tras los fuertes cuestionamientos que la comunidad universitaria democrática le ha hecho por la tentativa de “reingeniería institucional” que presentó desde inicios de septiembre, misma que no es otra cosa que un paquete de reformas internas que cercenan derechos laborales y educativos de trabajadores, docentes (en activo y jubilados) y estudiantes ─véase https://cutt.ly/Or8zxMli─.
Empero, el asunto Conacce Chaplains lógicamente lleva a la pregunta: ¿Qué otros vínculos con empresas u organizaciones sionistas y/o filosionistas tendrá la UAS?
Lee: Jesús Madueña Molina, rector criminal de la UAS, es nombrado “embajador de buena voluntad y de paz”
Hay al menos una empresa israelí que opera en Sinaloa, ligada al rubro de las tecnologías de irrigación y los agronegocios que está vinculada con la UAS. De hecho, esa empresa estuvo presente el pasado 23 de septiembre durante los festejos del 64 aniversario, con el objetivo de firmar un convenio de colaboración para el desarrollo de tecnologías. Se trata de Netafim.
En su página oficial (https://cutt.ly/Lr5VIZvX), Netafim se presenta como una empresa con un “liderazgo guiado por un propósito” el cual, supuestamente es, “transformar la agricultura, empoderar comunidades y asegurar el alimento para futuras generaciones”. La empresa se jacta de su origen desde “un pequeño kibutz en Negev” hasta liderar una “revolución agrícola global” durante los últimos 60 años.
No obstante, el Informe de Francesca Albanese, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967 (https://docs.un.org/es/A/HRC/59/23), publicado el pasado 2 de julio, señala a Netafim como la “líder mundial en tecnología de riego por goteo, ahora propiedad al 80 % de la empresa mexicana Orbia Advance Corporation”, la cual ha “diseñado su agrotecnología de acuerdo con los imperativos de expansión de Israel” y continúa afirmando que, a la vez que proyecta una imagen global de sostenibilidad, “la tecnología de Netafim ha permitido la explotación intensiva del agua y la tierra en la Ribera Occidental (Palestina), agotando aún más los recursos naturales palestinos, al tiempo que se perfecciona gracias a la colaboración con empresas israelíes de tecnología militar”.
Además, el mismo Informe refiere que, “en el Valle del Jordán, los sistemas de riego asistidos por Netafim han facilitado la expansión de los cultivos israelíes, mientras que los agricultores palestinos ─a los que se les niega el agua y que mantienen un 93% de sus tierras sin regar─ se ven expulsados”, todo esto mientras Netafim se presenta como una empresa innovadora y sostenible “mientras perfecciona técnicas ancestrales de explotación colonial”, provocando a la población palestina inseguridad alimentaria e, incluso, hambruna.
Por su parte, la organización internacional pro-palestina “Boicot, Desinversiones y Sanciones” (BDS), identifica a Netafim como la mayor empresa de irrigación del mundo que, lejos de ser ejemplo de agricultura sostenible, se ha caracterizado históricamente por prestar sus servicios a los asentamientos ilegales de Israel ─mediante los cuales los colonos sionistas racistas desplazan y despojan a la población palestina de sus tierras y hogares─, convirtiéndose en “cómplice flagrante del régimen colonial de asentamiento y apartheid” israelí (https://cutt.ly/gr5VNxEt).
Si tomamos en cuenta que, según la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, cometer “lesión grave a la integridad física o mental de los miembros de un grupo” así como realizar el “sometimiento intencional de un grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial”, con la intención de “destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso” (https://acortar.link/hB939T) constituyen actos genocidas, entonces podemos decir que Netafim es parte ejecutora de un genocidio en curso.
Esos son algunos de los aliados empresariales del cacicazgo universitario que hoy dirige el rector Jesús Madueña Molina en la UAS, estructura antidemocrática cuyo liderazgo recaía hasta el 25 de julio de 2024 en Héctor Melesio Cuén Ojeda, el cacique multimillonario que era un gran amigo del capo Ismael “El Mayo” Zambada García, con el que se reunió ese día, resultando asesinado en extrañas circunstancias. Criminal era y como criminal se fue de este mundo.
El sionismo, a través de sus empresas internacionales, busca influir políticamente en los países donde tienen presencia: es probable que Netafim tenga como objetivo que, en general, el sector productivo agropecuario sinaloense se vuelva dependiente de su tecnología, en el marco de la crisis hídrica que afecta cada vez más año con año a la entidad. Hay una línea de investigación importante ahí, tomando en cuenta que el sionismo siempre interviene con dobles intenciones ahí donde se hace presente con sus diversos avatares.
De manera muy general y, sin duda, simplificada, podemos decir que el sionismo político es un movimiento nacionalista que emergió a finales del siglo XIX en Europa, cuyo objetivo ha sido el establecimiento de un Estado judío. En ciertos momentos los sionistas pensaron en territorios de Uganda, Argentina e incluso de México, en Baja California, para lograr su objetivo. Esta última, una tentativa que trató de impulsarse al parecer en 1938, cuando la princesa Marie Bonaparte presuntamente dirigió una carta al entonces embajador estadounidense en Francia, William Bullit, en la que le dijo que él debería sugerir a su gobierno la compra de Baja California a México para realizar ahí la creación del Estado judío (el propio medio sionista “enlace Judío” refiere este curioso episodio, https://cutt.ly/jr5NbqtM).
Finalmente, el Estado Sionista se materializó en 1948, a través de la fundación de Israel en tierras palestinas, a costa del despojo, desplazamiento forzado y el asesinato de los miembros de las comunidades indígenas de la región ─que carecían de medios y habilidades para una defensa equiparable─ por parte de militares y paramilitares experimentados, altamente capacitados ─por Occidente─ y bien equipados ─por algunos estados obreros deformados de Europa del Este, es decir, por burocracias filo estalinistas─, dirigidos por ominosas figuras de la talla de David Ben-Gurión.
Para los sionistas este episodio representa la guerra de independencia israelí (https://cutt.ly/qr5BEaHK), mientras que para la población palestina esto significó la “Nakba”, palabra árabe que significa “catástrofe” o “desastre”.
Es importante resaltar que el sionismo es un proyecto que nace en Europa impulsado por ideales racistas y desde sus orígenes se apoyó en acuerdos con regímenes antisemitas y reaccionarios, como —en su momento— con el zarismo ruso e incluso, después, con el fascismo y el nazismo, los cuales facilitaron la emigración judía a Palestina, fortaleciendo a dicho movimiento colonial europeo, tal como ha sido definido por el historiador israelí postsionista, Ilan Pappé, en su obra Historia de la Palestina Moderna (2024).
A pesar de que el sionismo nació como respuesta al antisemitismo europeo, lejos de ser una ideología de liberación ─como se le ha querido presentar─, ha sido una herramienta del neocolonialismo global, lo que implicó la expulsión y opresión del pueblo palestino. En palabras del mencionado historiador israelí: el “racismo forma parte de la naturaleza colonialista del movimiento sionista” (https://cutt.ly/ar5BAjVB), un racismo que históricamente ha sido ejercido por líderes políticos israelíes ─de ascendencia europea, asquenazíes─ en contra de judíos procedentes del Norte de África a quienes desde el nacimiento de Israel se instó a vivir en ciudades en vías de desarrollo con el objetivo de ser usados como escudos humanos contra la infiltración de refugiados palestinos.
Empero, es muy importante distinguir entre judaísmo y sionismo: el primero es una religión y una cultura milenaria; el segundo es una ideología política moderna, colonial y nacionalista que desde hace varias décadas se ha convertido, a través de sus seguidores y de las fuerzas castrenses israelíes, en el brazo armado del imperialismo estadounidense en la región.
También hay que decir que no todos los judíos han sido ni son sionistas; de hecho, han existido y existen potentes corrientes antisionistas dentro del propio pueblo judío, motivadas tanto por razones religiosas como políticas y culturales, las cuales conforman importantes tradiciones hebreas antisionistas que luchan por una convivencia pacífica en la región y por la emancipación de todos los pueblos del mundo.
Después de este largo rodeo, volvamos a la UAS y su vínculo con Netafim: en estos días se ha estado conformando un importante movimiento de estudiantes, trabajadores y docentes (activos y jubilados) que están luchando contra el cacicazgo del rector Madueña frente la imposición de la mencionada “reingeniería institucional” así como por la violentación que dicha estructura está haciendo de derechos democráticos de la comunidad, tal como se vio en las jornadas de elección de consejeros técnicos y universitarios, donde las autoridades intervinieron flagrantemente: en las escuelas y facultades donde pudieron, bloquearon a planillas democráticas, permitiendo solo el registro de las oficialistas, mientras que en las que no pudieron hacer eso, boicotearon las elecciones.
En respuesta a ello, el jueves 30 de octubre y el 3 de noviembre, decenas de estudiantes de las preparatorias UAS Flores Magón y Central de Culiacán, así como de distintas facultades, llevaron a cabo importantes movilizaciones que captaron la atención de comunidades universitarias incluso de la capital del país (https://cutt.ly/jr5BXepI). Sería muy valioso que esas movilizaciones, en alianza con trabajadores y docentes, avancen también para exigir la ruptura de relaciones institucionales de la UAS con Netafim, Conacce Chaplains Internacional, así como con cualquier otra empresa, organización o institución sionista o filosionista.







