Las nuevas reglas para terminales bancarias (los dispositivos donde se procesan pagos con tarjeta), en particular la propuesta de limitar las tasas de intercambio, podría afectar tanto a los usuarios como a la inversión en el sector financiero, advirtieron economistas de BBVA México.
Esto se trata de una iniciativa planteada por el Banco de México (Banxico) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la cual se encuentra en consulta pública y tiene como objetivo incrementar el número de comercios que reciben pagos con tarjeta.
Sin embargo, la propuesta plantea poner un tope de 0.6 por ciento a la tasa de intercambio, lo cual podría tener un impacto significativo para los usuarios y para el mercado, porque se trata de un control de precios, advirtieron.
Control de precios que afectará a usuarios y al mercado
El economista en jefe para México de BBVA Research, Carlos Serrano, explicó que el proyecto de regulación busca establecer topes de 0.3% para pagos con tarjeta de débito y 0.6% para crédito, lo que en la práctica representaría un control de precios.
Si bien, con las nuevas reglas para terminales bancarias se comparte el objetivo de aumentar la competencia y beneficiar a los consumidores, la forma en que se plantea puede tener efectos contrarios.
«Creemos, uno, que sí se trata de un control de precios, porque al final es un precio que cobra el emisor al adquirente y se está topando, y además son dos precios entre particulares que deben de negociarlo ellos. Segundo, no hay nada en la regulación que nos diga que eso va a beneficiar al comercio. Tercero, las tasas que se están fijando parecen ser muy bajas y podrían desincentivar la inversión en el mercado y resultar en un mercado más chico», advirtió.
El economista señaló que el límite propuesto podría provocar que menos comercios instalen terminales, lo cual reduciría las opciones de pago electrónico y afectaría a los consumidores.
«En un mercado dado cuando la tasa no es óptimase puede tener un mercado más pequeño.¿Por qué más pequeño?Porque uno puede decir pues le estás dando más fuerza al adquirente,entonces el adquirente puede invertir más, pero le estás dando menos fuerza al emisor,si eso significa menor variedad de tarjetas, menor inversión de tarjetas si se puede afectar al consumidor,porque el consumidor se beneficia tanto de tener tarjeta como de pasarla en una TPV, entonces sí pensamos que ese puede ser el caso», dijo.
Por su parte, Alberto Gurza, economista principal de BBVA México, coincidió en que el cambio podría restar incentivos a la innovación y a la expansión de los servicios financieros.
“Necesitamos mantener estímulos para que más comercios acepten tarjetas y más bancos inviertan en terminales. Si se recortan las cuotas de intercambio, el avance de la digitalización podría frenarse”, señaló.
Actualmente, los bancos que colocan terminales (adquirentes) cobran a los comercios una comisión por aceptar pagos con tarjeta. Una parte de esa comisión se destina al banco que emite el plástico.
Con la propuesta, las autoridades buscan reducir ese cobro, pero BBVA advierte que no está claro que los beneficios lleguen a los comercios o a los usuarios, y que, por el contrario, podría disminuir la inclusión financiera.
“Esto puede afectar incluso las metas de bancarización, porque si el mercado se hace más pequeño, habrá menos incentivos para emitir y usar tarjetas”, reiteró Serrano.







