Este 20 de noviembre se estrenará en Vix “La noche eterna del Baby’O”, un documental que propone un recorrido emocional por uno de los lugares más emblemáticos de la vida nocturna en Acapulco bajo la visión del cineasta Emilio Maillé, quien dio detalles a AMEXI sobre cómo fue grabar este filme.
Basado en los testimonios de quienes dieron vida al legendario antro, desde sus fundadores hasta las figuras que lo hicieron célebre, el documental reconstruye su origen, su época dorada y los momentos más críticos que marcaron su historia.
La película abre con una imagen contundente: bomberos ingresan al Baby’O entre oscuridad y cenizas. Es un inicio que avisa lo que está por contarse y que anuncia la tragedia que transformó el mito.
A lo largo del filme, aparecen Juan Gabriel, Luis Miguel, Verónica Castro y Daniela Romo, figuras que reafirman la dimensión cultural del lugar a través de archivo y entrevistas. El cierre, en contraste, es luminoso: la cámara se abre hasta revelar el mar de Acapulco y un atardecer que funciona como metáfora del renacer.
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“El Baby’O genera historias incluso en quienes nunca entraron”
Desde el inicio, Emilio Maillé aclara que el proyecto no nació de una inquietud personal, sino de una invitación del equipo de N+ Docs. Sin embargo, esa distancia se convirtió en una ventaja creativa.
“Este lugar representa muchas cosas para mucha gente… genera inmediatamente historias. No tenía eso tan claro antes de este proyecto. Me di cuenta de lo que implica y de cómo hablar del Baby’O también era hablar de Acapulco”, explica.
El director nunca vivió la época dorada del puerto, pero encontró en el presente, en el Acapulco golpeado y resiliente, un punto de vista que le interesaba más que la nostalgia. “Para mí no era un proyecto nostálgico. Me interesa el Acapulco de hoy, el que se reinventa, el que sobrevive”, afirma.
Para Maillé, la distancia personal respecto al antro le permitió contar la historia “sin confrontar su propio pasado”. Lo que sí lo conectó fue la música disco, género fundamental para entender la identidad del Baby’O: “Crecí con esa música; la disfruto mucho. Y es un elemento muy importante en este documental”, dice.
El proyecto tomó alrededor de dos años y medio entre investigación, entrevistas y recuperación de archivos. Uno de los grandes ausentes fue Luis Miguel: “Me hubiera encantado que el “Rey Sol” participara, pero no logramos que la comunicación llegara. Aun así, claro que se le menciona y es parte de la narrativa”.
Como en todo documental, hubo material que no entró. “Siempre se quedan cosas fuera, pero hay que asumir decisiones. Si no, te quedas en una película eterna”, comenta.
El incendio: un inicio que anuncia la herida
La primera escena del documental muestra a los bomberos entrando al Baby’O, un momento que Maillé tenía claro desde el principio del montaje: “Esos planos anuncian algo que va a llegar. Los hicimos con bomberos reales, incluso uno de los que llegó la noche del incendio. Me parecían importantes para preparar al espectador”.
El director asegura que estas imágenes funcionan como una señal visual que siembra la inquietud de lo que está por venir, y que refuerzan la dimensión emocional del incendio en la narrativa del filme.
El cierre del documental es uno de los momentos más potentes: un plano largo en dron que inicia en las ruinas del Baby’O y se abre hasta revelar el mar y un atardecer sobre Acapulco.
“Para mí ese plano era fundamental. No soy fan de los drones, pero este sí tenía un significado. El sol siempre está ahí… se levanta todo de las cenizas y se sigue. El documental termina con Acapulco”, sostiene.
Con este mensaje, Maillé vincula la historia del antro con la del puerto: ambos heridos, ambos en transición, ambos con la posibilidad de renacer.
“La noche eterna del Baby’O” tuvo una primera exhibición en el Festival Internacional de Cine de Morelia, donde la experiencia en sala, por su sonido envolvente, reforzó el impacto del relato. Ahora, con el estreno en Vix, el director espera que llegue a públicos diversos, especialmente jóvenes acostumbrados a formatos rápidos.
“¿Los atrapará una hora cincuenta y cinco? Esa es la pregunta. Ojalá que sí genere emociones”, comenta, “Es un viaje de 50 años… los invito a verlo”
“A partir del jueves 20 de noviembre, La noche eterna del Baby’O está en Vix. Son los cincuenta años de un antro que generó muchas historias. Este es un acercamiento mínimo, siempre ligado a Acapulco, la fuerza y la identidad de un puerto fantástico”.
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