25N en México: Reclamo nacional contra la violencia feminicida
México vivió una jornada de movilización este lunes en contra de la violencia feminicida. Bajo la consigna «Ni una más», miles de mujeres, colectivas, madres buscadoras y sobrevivientes tomaron las plazas públicas de norte a sur para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Lo que comenzó como una serie de convocatorias aisladas se transformó en un grito unísono contra la impunidad sistémica, la violencia vicaria y la inacción del Estado frente a una crisis forense y de seguridad que no cesa.
CDMX: Marea de mujeres ante un Palacio Nacional blindado
La capital del país fue nuevamente el epicentro de la protesta nacional. A diferencia de años anteriores, la marcha de este 2025 destacó no solo por su masividad, sino por la diversidad de sus contingentes.
La movilización partió del Ángel de la Independencia y la Glorieta de las Mujeres que Luchan. Destacó la presencia de la «Contingenta FemiDisca», integrada por mujeres con discapacidad que visibilizaron la doble vulnerabilidad que enfrentan ante la violencia de género. Asimismo, bloques de mujeres indígenas y afrodescendientes encabezaron tramos de la marcha, recordando que el racismo exacerba la violencia machista.
Al llegar a la Plaza de la Constitución, las manifestantes se encontraron con un Palacio Nacional blindado por vallas metálicas de gran altura. Lejos de disuadir la protesta, el cerco se convirtió en un lienzo de reclamos; fue intervenido con pintas y carteles.
El grito que dominó la plancha del Zócalo fue «No que no, sí que sí, ya volvimos a salir», una respuesta directa a las autoridades que minimizan la capacidad de convocatoria del movimiento. Las madres de víctimas de feminicidio tomaron el micrófono frente a la Catedral para leer pases de lista, un momento solemne que silenció momentáneamente el estruendo de los tambores.
En el norte, memoria y reclamo: no a la violencia feminicida
En Monterrey, el colectivo Morras Feministas Mty lideró las acciones en la Explanada de los Héroes. Desde las 15:00 horas, activistas instalaron tendederos de denuncias masivos, exponiendo a deudores alimentarios y agresores sexuales. La indignación creció al notar que el Palacio de Gobierno amaneció protegido con barreras metálicas, acción que las colectivas calificaron como priorización de los «muros sobre las vidas».
En Chihuahua capital y Ciudad Juárez, las manifestaciones se concentraron en la emblemática «Cruz de Clavos», memorial histórico de las mujeres asesinadas. Por primera vez en décadas, este sitio fue cercado por las autoridades, lo que generó repudio. En respuesta, las manifestantes lanzaron flores por encima de las vallas y leyeron un posicionamiento: «Nos deben una vida sin violencia».
Tijuana, Baja California, tercera ciudad nacional en feminicidios, presenció una protesta que incluyó ceremonias de purificación encabezadas por mujeres indígenas y afromexicanas. El reclamo central fue contra la violencia feminicida, pero también contra la violencia laboral en el sector maquilero industrial, denunciando que pese a la NOM-035, el acoso sexual y laboral sigue siendo una constante para miles de obreras.

En el centro del país: reclamos contra fiscalías y poderes judiciales
En Cuernavaca, Morelos, la movilización fue emotiva y artística. Se inauguró un mural monumental en Tlaltenango con los rostros de 28 mujeres víctimas de feminicidio. Sandra Soto, familiar de una de ellas, señaló: «El Estado nos falló… estamos aquí pintando porque si no lo hacemos nosotras, sus nombres se borran.»
Pachuca, Hidalgo, tuvo performances presentados por colectivas frente a la Comisión de Derechos Humanos denunciando la violencia vicaria y acusando al Poder Judicial de corrupción en casos de custodia.
En Toluca, Estado de México, la marcha fue interseccional: se exigió la homologación real del aborto legal y seguro, condiciones dignas de trabajo y se lanzaron consignas en apoyo a las mujeres palestinas.
Las manifestantes en Guadalajara, Jalisco, realizaron lo que denominaron la «Tercera Marcha Popular», que concluyó con el performance «Huellas» de la artista Inmaculada Haro, una pieza que representó el rastro de dolor que dejan las ausencias en las familias tapatías.
En el sur: la crisis de las desapariciones
En Oaxaca, más de 500 mujeres marcharon desde la Monumenta hacia el Zócalo, encabezadas por madres buscadoras. Se denunció el caso de la activista mixe Sandra Domínguez y el asesinato colateral de una niña de cuatro años. Al llegar al Palacio de Gobierno, las activistas convirtieron el cerco metálico en un «Muro de la Verdad», pegando fotografías de más de mil mujeres desaparecidas.
Operativos policiacos
En la CDMX, la circulación fue cerrada en Reforma, Juárez y Eje Central; el Metro Zócalo permaneció cerrado. La SSC desplegó a 600 elementos del grupo «Ateneas». Se reportó saldo blanco.
En Monterrey, el blindaje del Palacio de Gobierno incluyó cierres de calles aledañas desde la madrugada.
Oaxaca, pese a las vallas y presencia policial, no tuvo detenciones ni uso de gas lacrimógeno.
En Morelos, el paso del contingente por Emiliano Zapata generó cortes de dos horas, con desvíos de tránsito sin incidentes mayores.







