La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) decidió extender a todo el país el estado de emergencia para contener el gusano barrenador del ganado (GBG). La medida responde a la expansión de la plaga hacia zonas ganaderas libres y productivas del sur y centro, con el riesgo latente de que alcance el norte. El gobierno federal reconoce que la estrategia inicial —aplicar medidas de contención únicamente donde se confirmaba el contagio— ya es insuficiente, y por ello se refuerza el Dispositivo Nacional de Emergencia de Sanidad Animal (DINESA) en las ocho regiones zoosanitarias.
Refuerzo del DINESA: obligaciones y prohibiciones
El refuerzo implica un cambio de escala: ahora productoras y productores, médicas y médicos veterinarios, así como movilizadores de ganado tienen la obligación de notificar cualquier caso de “gusanera” al Senasica y cumplir con requisitos más estrictos de movilización.
Los animales incapaces de mantenerse en pie, enfermos, fatigados o con heridas abiertas no podrán ser trasladados. Aquellos con lesiones deberán permanecer en sus unidades de origen hasta cicatrizar completamente, tras recibir tratamiento con insecticidas larvicidas y cicatrizantes.
El traslado de ganado susceptible —bovinos, bufalinos, bisontes, ovinos, caprinos, porcinos y aves— solo será posible con el Certificado Zoosanitario de Movilización (CZM), que exige pruebas de tratamiento antiparasitario aplicado entre tres y cinco días antes de la gestión del documento. Posteriormente, los animales deben ser bañados por aspersión o inmersión con insecticidas de efecto larvicida y pasar una inspección física para descartar heridas o infestaciones.
Controles en fronteras y riesgos humanos
La emergencia también alcanza a puertos, aeropuertos y fronteras, donde se refuerzan los controles. Mascotas y animales silvestres serán inspeccionados con mayor rigor, y aunque los humanos rara vez resultan afectados, se advierte que las larvas pueden alojarse en heridas expuestas.
Cronología de la emergencia
Julio de 2024
Se publica el acuerdo original en el Diario Oficial de la Federación, activando el DINESA en la frontera sur y liberando moscas estériles en colaboración con Estados Unidos, la FAO y el OIEA.
Noviembre de 2024
Se detecta el primer caso en Veracruz, seguido de focos en Nuevo León y en el sur-sureste.
2025
- Enero: se amplía la vigencia del Acuerdo y se endurecen controles.
- Chiapas acumula más de 9,500 casos, con 7,200 en bovinos y más de 1,100 personas operadas para extraer larvas.
- Agosto: se firma el Plan de Acción Conjunto SENASICA-USDA.
- Octubre: segunda ampliación del Acuerdo.
Diciembre de 2025: tercera ampliación del Acuerdo
El 2 de diciembre de 2025 se modificó y amplió de nuevo el Acuerdo. Con ello se reforzó el DINESA a escala nacional y se aplicaron medidas obligatorias en ocho regiones zoosanitarias, que incluyen permisos para traslados y la notificación inmediata de gusaneras.
Las regiones bajo emergencia son:
- Región 1: Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sonora, Sinaloa.
- Región 2: Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Estado de México.
- Región 3: Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas.
- Región 4: Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Ciudad de México.
- Región 5: Guerrero, Morelos, Oaxaca.
- Región 6: Chiapas, Tabasco, Campeche.
- Región 7: Quintana Roo, Yucatán.
- Región 8: resto del sureste.
Resultados y cifras clave
- Más de 4 mil millones de moscas estériles liberadas.
- 99.9% de control en el sur-sureste.
- Reapertura gradual de exportaciones a Estados Unidos.
- Al cierre de diciembre de 2025: 10,011 casos acumulados, con un promedio mensual de 835.
Triple reto
La emergencia nacional contra el gusano barrenador marca un punto crítico en la sanidad animal de México. El reto es contener la plaga, proteger la producción ganadera y garantizar la reapertura de exportaciones, mientras se refuerza la cooperación internacional y la vigilancia interna. La narrativa oficial insiste en que la contención es posible, pero la magnitud del reto deja claro que el gusano barrenador no es solo un problema veterinario: es una amenaza directa a la economía rural y a la soberanía alimentaria del país.







