Barreras sociales y económicas limitan inclusión a las personas con discapacidad en México
En México, cerca de 10 millones de personas con discapacidad enfrentan diariamente obstáculos que restringen su plena inclusión y participación en la vida social, política, económica y cultural. Estas barreras no son únicamente físicas, como la falta de rampas o transporte accesible, sino también sociales y económicas, derivadas de la discriminación estructural y de la ausencia de políticas públicas efectivas.
La conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, establecida por la ONU en 1992, busca sensibilizar a la sociedad sobre estos desafíos y reconocer las valiosas contribuciones de este sector. La fecha es un recordatorio de que la inclusión plena sigue siendo una deuda pendiente en México y en el mundo.
Gobierno plantea modelo educativo inclusivo
Durante la ceremonia oficial, la subsecretaria de Educación Básica, Angélica Noemí Juárez Pérez, en representación del secretario de Educación Pública, afirmó que el gobierno pretende consolidar un modelo educativo inclusivo. Este modelo busca garantizar el derecho a una educación digna, equitativa y accesible para todas y todos.
Actualmente operan 4,817 Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular y 1,722 Centros de Atención Múltiple (CAM) en todo el país. Estas instituciones atienden a niñas, niños y jóvenes con discapacidad, aptitudes sobresalientes y trastornos del desarrollo, ofreciendo apoyo pedagógico y terapéutico.
Cifras crecientes de población con discapacidad
De acuerdo con el INEGI, en 2025 México registra 9.5 millones de personas con discapacidad, equivalente al 7.3% de la población total. Esta cifra ha mostrado un incremento respecto al Censo 2020, que reportaba 7.1 millones. Si se incluyen limitaciones y condiciones mentales, los reportes oficiales estiman entre 20 y 22 millones de personas.
Este crecimiento refleja tanto una mayor visibilización como la necesidad urgente de políticas públicas que atiendan las demandas de accesibilidad, salud, educación y empleo.
Niñez con discapacidad: retos y obligaciones
La REDIM señala que en 2020 había 2.61 millones de menores con discapacidad, lo que representaba el 6.8% de la población infantil. De ellos, 1.23 millones eran mujeres y 1.38 millones hombres. Municipios como Iztapalapa, Ecatepec y Tijuana concentran la mayor cantidad de niñas, niños y adolescentes con discapacidad.
El Comité de los Derechos del Niño ha recalcado que el Estado mexicano debe garantizar acceso a salud, rehabilitación y educación inclusiva, además de prevenir abandono y violencia. También subraya la obligación de atender las dificultades particulares de los niños indígenas, quienes enfrentan doble discriminación por su origen y condición.
Discriminación estructural y exclusión social
Especialistas advierten que la discriminación estructural es el principal obstáculo: falta de accesibilidad, escasez de oportunidades laborales y educativas, y prejuicios sociales que fomentan el rechazo. Según la CNDH, 31.1% de las personas encuestadas identifica la carencia de infraestructura accesible como la mayor problemática.
En el ámbito laboral, 60% de las personas con discapacidad no tiene empleo, y quienes sí trabajan enfrentan desigualdad salarial. En salud y educación, persisten carencias de servicios accesibles y adaptaciones escolares.
Barreras múltiples y ciclo de desigualdad
Las barreras a la inclusión de millones de personas con discapacidad en México no actúan de forma aislada: se refuerzan mutuamente y generan un ciclo de desigualdad que afecta la calidad de vida y el desarrollo integral de esas personas. La falta de accesibilidad en transporte limita el acceso a la educación; la discriminación laboral reduce ingresos y oportunidades; y la exclusión social impacta directamente en la autoestima y bienestar.
La conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad es más que un acto simbólico: es un llamado urgente a transformar las estructuras que perpetúan la exclusión. México enfrenta el reto de pasar de la sensibilización a la acción, garantizando que la inclusión sea una realidad cotidiana y no solo un discurso oficial.







