El estudiante queretano Luis Gerardo González Chagoya, de noveno semestre de Ingeniería en Nanotecnología en la UAQ, vivió una experiencia transformadora durante una estancia en el Johnson Space Center de la NASA en Houston, al diseñar un traje médico para astronautas.
Ello, tras participar y ganar en el proyecto de traje biomédico autónomo, destinado a monitorear y asistir a astronautas en tiempo real, además de colaborar con especialistas internacionales y recibir mentorías directas de doctores e incluso un astronauta de la agencia espacial.
Durante su estancia, González Chagoya y su equipo visitaron diversos centros y laboratorios, incluyendo el centro de control y áreas de manufactura de robots, y describió la vivencia como gigante e impresionante, destacando el aprendizaje adquirido al trabajar en un entorno de alto nivel tecnológico.
Un traje inteligente para emergencias en el espacio profundo
La misión asignada a los estudiantes consistía en diseñar una solución que integrara Inteligencia Artificial e hologramas para atender emergencias médicas en el espacio.
Frente a un escenario donde un astronauta resultara herido en Marte -con un retraso de comunicación de 22 minutos por trayecto con la Tierra-, su equipo optó por desarrollar el prototipo de un traje biomédico autónomo, donde IA del sistema debería anticipar decisiones críticas mientras llega la señal de auxilio desde Houston.
El proyecto no sólo cumplió con todos los criterios del programa, sino que los evaluadores lo reconocieron como uno de los más sólidos por su enfoque integral, funcionalidad y visión a futuro.
El traje integró sensores hápticos para apoyo emocional, tecnología autoalimentada con materiales piezoeléctricos y un sistema de detección de gases inspirado en la ciencia ficción.
Nanotecnología queretana en el corazón del prototipo
La aportación central de Luis Gerardo se centró en el diseño de la tela inteligente, basada en nanotecnología y un material llamado PVDF, componente piezoeléctrico que genera la energía necesaria para alimentar los sensores del traje a partir del movimiento del astronauta, asegurando así la autonomía energética de todo el sistema.
La experiencia también le permitió consolidar alianzas con estudiantes de México, El Salvador y Estados Unidos.
Juntos planean crear una futura startup aeroespacial para continuar desarrollando tecnología innovadora y su caso demuestra el alto nivel de formación y el potencial de los estudiantes mexicanos en escenarios científicos de talla global.
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