La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), en su resolución A/RES/423 (V), designó al 10 de diciembre como Día de los Derechos Humanos, coincidiendo con la fecha en que ese mismo organismo adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948.
La Declaración Universal de Derechos Humanos está disponible en más de 500 idiomas y es uno de los textos más importantes dentro del ámbito de los derechos humanos.
En este documento están expuestos los valores universales y un ideal común para todos los pueblos y naciones sin importar su raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, propiedades, lugar de nacimiento o cualquier otra condición. Además, establece que todas las personas tienen la misma dignidad y el mismo valor.
Cabe mencionar que las mujeres juegan un papel muy importante en el desarrollo de los principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos con procesos sociales como la lucha sufragista y abolicionista, los cuales son una antesala del movimiento universalista de los derechos humanos.
Mujeres emblemáticas en la defensa de los derechos humanos
Eleanor Roosevelt (1884-1962), primera dama de Estados Unidos entre 1933 y 1945, y delegada ante la Asamblea General de la ONU en 1946, por nombramiento del entonces presidente de su país, Harry S. Truman fue la primera presidenta de la Comisión de Derechos Humanos a nivel internacional.
Eleanor Roosevelt tuvo un desempeño y un papel fundamental en la redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
De igual manera, a Hansa Mehta (1897-1995), defensora de los derechos de la mujer, se le atribuye el mérito de cambiar, en el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la frase: “Todos los hombres nacen libres e iguales” a “Todos los seres humanos nacen libres e iguales”.
Minerva Bernardino (1907-1998), diplomática y líder feminista de la República Dominicana, fue otra figura fundamental en las deliberaciones sobre la inclusión de la igualdad de derechos de hombres y mujeres en el preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como en la defensa de la inclusión de los derechos de la mujer y la no discriminación sexual en la Carta de las Naciones Unidas en 1945.
Declaración Universal de Derechos Humanos
Para poder lograr sus objetivos se han creado cuatro organismos internacionales, en cuyas funciones se encuentra vigilar el cumplimiento de los derechos humanos:
- Comisión Interamericana de Derechos Humanos
- Corte Interamericana de Derechos Humanos
- Corte Penal Internacional
- Corte Europea de Derechos Humanos
En México, la protección y defensa de los derechos humanos fue elevada a rango constitucional el 28 de enero de 1992 con la publicación del decreto que adiciona el apartado B al artículo 102 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Esto facultó al Congreso de la Unión y a las legislaturas estatales para establecer instituciones que atiendan las quejas y denuncias en contra de actos u omisiones de naturaleza administrativa violatorios de derechos humanos.
Años más tarde, el 13 de septiembre de 1999, se reformó el artículo 102, apartado B constitucional, señalando a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos como un organismo con autonomía de gestión, personalidad jurídica y patrimonio propios.
Su objetivo principal es la protección, la observancia, la promoción, el estudio y la divulgación de los derechos humanos previstos por el orden jurídico mexicano.
Objetivos de Desarrollo Sostenible
Es importante recordar que el núcleo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son los derechos humanos, pues sin una cultura que enaltece la dignidad humana es imposible lograr el impulso del desarrollo sostenible.
Los derechos humanos están impulsados por el progreso de todos los ODS y, a su vez, los ODS están impulsados por los avances en los derechos humanos.
A 76 años de la proclamación de la Declaración Universal, este 10 de diciembre renueva el compromiso de transformar sus principios en realidades tangibles.
En México, este aniversario no sólo invita a conmemorar, sino a acelerar la construcción de una sociedad donde la dignidad, la igualdad y la justicia dejen de ser aspiraciones para convertirse en cimientos cotidianos.






