En México, especialistas alertan del riesgo en el personal de la salud por infecciones causadas por punciones accidentales como hepatitis B, hepatitis C o VIH, señalaron especialistas de Becton Dickinson, que revisaron las causas más frecuentes de estos incidentes, sus implicaciones clínicas y las acciones para reducirlos.
Al año se registran cerca de dos millones de accidentes punzocortantes en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el riesgo de transmisión tras una punción con aguja usada puede alcanzar 30% para hepatitis B.
El año pasado, en México se registraron 402 mil 283 accidentes de trabajo y en lo que va de 2025 suman 79 mil 803 incidentes de este tipo.
A pesar de los esfuerzos de prevención, actualmente se estima que en México ocurren, en promedio, mil 446 accidentes laborales cada día, considerando todas las industrias.
Uso de nueva ingeniería médica y capacitación de personal
De acuerdo con especialistas, utilizar dispositivos de inyección de nueva ingeniería y capacitar al personal en técnicas seguras de manipulación y eliminación de agujas, mitiga el riesgo, ya que la introducción de dispositivos de agujas de seguridad se asocia con una reducción de 70% en el número de lesiones por pinchazos con aguja.
Becton Dickinson (BD) fabrica y vende dispositivos médicos, sistemas de instrumentación y reactivos para mejorar el descubrimiento médico, el diagnóstico y la atención sanitaria a nivel mundial, enfocándose en terapias, diagnósticos de enfermedades y investigación, y en México opera múltiples plantas de producción y emplea a miles de personas.
Roxana Trejo, gerente de Vigilancia Epidemiológica del Corporativo ABC y expresidenta de la Asociación Mexicana para el Estudio de las Infecciones Nosocomiales (AMEIN), reconoció que se trata de un desafío latente para todas las instituciones de salud.
Riesgo laboral muy frecuente
“Las punciones accidentales son un riesgo laboral real, pero la evidencia demuestra que cuando el personal cuenta con dispositivos de inyección seguros y recibe capacitación continua y activa buenas prácticas, los incidentes se reducen de manera contundente”, señaló.
Expuso que el riesgo de transmisión tras una punción con aguja usada puede llegar a 30% para hepatitis B, 5% para hepatitis C y 0.3% para VIH, sobre todo cuando involucra agujas huecas o acanaladas.
La OMS estima que estas lesiones ocasionan 66 mil infecciones anuales por hepatitis B, 16 mil por hepatitis C y mil por VIH entre trabajadores sanitarios.
Aunque estas cifras representan una realidad global, los especialistas coincidieron en que el reto está en fortalecer las prácticas preventivas y la capacitación continua dentro de cada institución.
Tecnología, capacitación y cultura de seguridad
A su vez, María de Lourdes Meléndez, gerente de Asuntos Médicos MDS BD Hub México, dijo que las agujas con mecanismos de protección reducen riesgos sin modificar la técnica clínica.
El desafío, apuntó, es asegurar que estos dispositivos lleguen a quienes los necesitan y que el personal pueda trabajar con seguridad.
El costo es alto
Además de las implicaciones clínicas, los especialistas recordaron que cada accidente genera costos directos e indirectos de 650 y 750 dólares, por pruebas serológicas, profilaxis y ausentismo. Destacaron que reducir estos incidentes favorece la continuidad operativa en áreas críticas como urgencias, terapia intensiva y quirófanos.
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