La tradición de los nacimientos navideños, también conocidos como belén, pesebre o portal, es una de las manifestaciones culturales y religiosas más arraigadas en México durante las fiestas de diciembre y principios de enero.
Estas representaciones del nacimiento de Jesús combinan elementos espirituales, familiares y artísticos que han evolucionado a lo largo de más de cinco siglos de historia en el país, informó el Instituto Nacional de Pueblo Indígenas (INPI).
Lee: El musgo y el heno, una tradición navideña con alto impacto ambiental
Un origen europeo que floreció en México
Los nacimientos tienen sus raíces en la Iglesia católica, pues la primera representación se atribuye a San Francisco de Asís en Italia, en 1223, cuando montó una escena del nacimiento con personas y animales para hacer más comprensible el relato del Evangelio cristiano.
Con el paso de los siglos, esa práctica se extendió por Europa y llegó a México en los primeros años del periodo colonial, utilizada como herramienta de evangelización por los frailes al adaptarla a las culturas locales.
Desde entonces, la tradición se consolidó en los hogares y espacios públicos de México, donde los nacimientos se colocan como símbolo central de la Navidad, más allá de su carácter religioso.
La creatividad de artesanos y familias ha favorecido la incorporación de elementos propios de la cultura mexicana con estilos, materiales y figuras artesanales únicas de cada localidad.
El significado de cada elemento del nacimiento
- La Sagrada Familia: En el centro de cualquier pesebre está la figura del Niño Jesús, colocado tradicionalmente la noche del 24 de diciembre. Representa la encarnación de Cristo, la esperanza y la luz espiritual que trae la Navidad. A su alrededor, María simboliza la maternidad y la fe, mientras que San José encarna la protección familiar y el trabajo.
- El portal o pesebre: La estructura que acoge la escena —ya sea un establo rústico o un paisaje elaborado con musgo, piedra y elementos naturales— representa la humildad y el cobijo del nacimiento de Jesús, recordando el contexto sencillo en el que, según la tradición cristiana, vino al mundo.
- La estrella de Belén y los ángeles: La estrella que guía a los Reyes Magos simboliza la guía divina, mientras que los ángeles anuncian la llegada de Jesús y representan la paz y las buenas nuevas.
- Los pastores y su entorno: Los pastores, las ovejas y otros animales como el buey y la mula, presentes desde las primeras versiones del pesebre europeo, aluden a la humildad, la paciencia y la compañía, y reflejan la cercanía con la naturaleza y la vida cotidiana.
- Los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar entran al nacimiento tradicionalmente el 5 de enero, víspera de la Epifanía. Sus figuras simbolizan la sabiduría, la fe y la diversidad, pues representan distintas regiones del mundo y testifican que el mensaje de la Navidad es universal.
- Figuras únicas mexicanas: En muchas regiones de México, el nacimiento incluye figuras adicionales como campesinos locales, vendedores o escenas de oficios tradicionales, lo que refleja el sincretismo cultural y la identidad regional.
Una tradición viva, comunitaria y familiar
Colocar el nacimiento navideño es una actividad que suele iniciar en familia semanas antes de la Navidad, haciendo del montaje un momento de convivencia intergeneracional.
En muchos hogares mexicanos el nacimiento permanece hasta el 2 de febrero, Día de la Candelaria, cuando es tradicional vestir al Niño Dios y, en algunos casos, organizar comida y reuniones familiares.
Además de su función espiritual, los nacimientos son también expresiones artísticas en la que artesanos elaboran piezas de cerámica, barro, madera, cartón o materiales reciclados, muchas veces transmitiendo técnicas tradicionales de generación en generación.
En México, el nacimiento es una representación del relato cristiano del nacimiento de Jesús y un símbolo cultural que transmite valores de unidad, esperanza, humildad y creatividad, reforzando la identidad y la memoria colectiva de las comunidades cada temporada navideña.






