Después de 35 años de su desaparición, la Danza de los Negritos, un baile ancestral de origen campesino y significado religioso, vuelve a escena en El Carmen Xalpatlahuaya, Tlaxcala.
El rescate de este baile tradicional lo lograron el maestro Jorge Carrillo Ortega y el grupo Rescate Cultural Xalpatlahuaya.
La recuperación de esta danza busca que la tradición sea reconocida, preservada y difundida en toda la región.
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El rescate de una tradición perdida
Jorge Carrillo Ortega, originario de Xalpatlahuaya, trabajó durante un año y medio para devolver a la comunidad un patrimonio cultural que se consideraba perdido.
La danza, que invoca la buena lluvia y la cosecha y se ofrece a la Virgen del Carmen, patrona del pueblo, había desaparecido tras la muerte del último violinista que la interpretaba.
“Fuimos con personas que todavía la bailaron, algunos recordaban los pasos y otros los sones; así completamos la música con la ayuda de un señor de Galeana”, explicó Carrillo Ortega.
La investigación incluyó la recuperación de siete sones como “La reverencia”, “Las cuatro vueltas”, “El zapateado”, “El coyotito”, “La suerte”, “La vuelta entera” y “La media vuelta”.
El rescate contó con el apoyo del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC) de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, que permitió adquirir el vestuario y un violín, esenciales para la reactivación de la danza.
Significado y vestimenta
La Danza de los Negritos representa la siembra, los trabajos de campo y la cosecha, además se baila de manera individual y puede realizarse en recorridos de pueblo a pueblo o en las calles durante las festividades religiosas.
Los pisotones simbolizan matar serpientes o el sonido de la lluvia, mientras que la vestimenta incluye camisa y calzón de manta, ceñidor rojo, bandas de colores cruzadas en el pecho, huaraches o zapatos negros y un sombrero adornado con espejos, tiras de colores y flores.
Entre los personajes destacan los negritos y peones, que representan campesinos, indígenas, mestizos y africanos; y la maringuilla, un hombre vestido de mujer que simboliza a madres y esposas llevando comida al campo.
La danza siempre cuenta con al menos un violinista encargado de interpretar los sones según el momento de la presentación.
Primeras presentaciones y enseñanza
La danza se presentó por primera vez en julio de 2025 en el Carmen Xalpatlahuaya, a los pies del Cerro del Quimicho, generando orgullo y satisfacción entre los habitantes.
Jorge Carrillo Ortega comenzó a enseñar la tradición a quienes deseen aprenderla, asegurando que esta expresión cultural siga viva para futuras generaciones.






