La conductora y actriz Yolanda Andrade reveló que enfrenta un diagnóstico de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad neurológica degenerativa que afecta a miles de personas en México y el mundo, y que transformó de forma profunda su vida y la de su familia.
“Hemos tenido días difíciles, muy difíciles, desde que me diagnosticaron a ELA y otras cositas más. Ha sido un año muy pesado para mí, para mi familia y mis seres queridos”, dijo Andrade en un video difundido en sus redes sociales, donde explicó el impacto físico y emocional de la enfermedad.
“A veces estás bien, a veces estás mal, muy mal, no puedes moverte, ni abrir los ojos, caminar, hablar… son muchas cosas”, relató la conductora sobre la variabilidad de los síntomas.
Andrade agradeció además el apoyo que recibe: “quiero dar las gracias a toda la gente que me manda buenos deseos, a mis amigos… y a los que me apoyan con su oración y con su amor”.
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¿Qué es la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA)?
La ELA es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que ataca las neuronas motoras, las células nerviosas responsables del control voluntario de los músculos.
De acuerdo con la asociación Gila, a medida que estas neuronas se deterioran y mueren, el cuerpo deja de poder realizar funciones básicas como caminar, hablar, tragar o respirar.
La ELA no tiene cura actualmente y, aunque las causas no se conocen con certeza en la mayoría de los casos, un pequeño porcentaje se relaciona con factores genéticos.
Según la Revista Mexicana de Neurociencia, aunque no existe un registro nacional oficial exhaustivo, diversas estimaciones basadas en estudios epidemiológicos y reportes clínicos indican que en México viven entre cinco mil y siete mil personas con esta enfermedad, lo que la convierte en una enfermedad rara pero de fuerte impacto en quienes la padecen y sus familias.
Síntomas característicos de la ELA
La ELA se manifiesta de forma progresiva y con distintos síntomas que incluyen:
- Debilidad muscular y pérdida de fuerza en brazos, piernas y músculos del tronco
- Dificultad para caminar, hablar, tragar y respirar
- Espasmos o contracciones musculares involuntarias
- Fatiga extrema y pérdida de coordinación
Como relató Andrade, la enfermedad puede presentarse en “picos”, con días en los que algunos movimientos son posibles y otros en que el cuerpo parece no responder.
Tratamiento y atención médica
Actualmente no existe una cura para la ELA, pero sí tratamientos que pueden ayudar a detener su avance y aliviar síntomas, así como atención de apoyo para mantener la mejor calidad de vida posible.
Entre los tratamientos más utilizados está el medicamento Riluzol, que puede prolongar ligeramente la supervivencia, y terapias combinadas de neurología, fisioterapia, terapia ocupacional, apoyo respiratorio y nutricional.
El manejo de la ELA suele ser multidisciplinario y adaptado a las necesidades de cada paciente, con especialistas en neurología, rehabilitación y cuidados paliativos.
La expectativa de vida después del diagnóstico de ELA varía entre personas, pero en general se considera que la enfermedad es progresiva y puede acortar la esperanza de vida.
En muchos pacientes, la supervivencia promedio desde el inicio de los síntomas es de tres a cinco años, aunque hay casos que superan esta estimación y otros que progresan con mayor rapidez.






