Por Lino Rodríguez y José Luis Simón
Primera parte
Ciudad de México, 27 mar. (AMEXI).- Un río de millones de pesos corre por el territorio mexicano en la construcción y remodelación de estadios y campos de beisbol, sólo por cumplir al presidente Andrés Manuel López Obrador su amor por este deporte.
La Unidad Deportiva de Palenque, Chiapas, que se encuentra a unos mil metros del rancho “La Chingada”, a donde asegura López Obrador se irá a vivir al concluir su sexenio presidencial, fue una de las primeras instalaciones beneficiadas por el programa de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Esta dependencia informó el 12 de enero de 2021 que la renovación del estadio y demás instalaciones de la Unidad Deportiva tuvo un costo de 89 millones de pesos, pero los contratos firmados con ALZ Construcciones revelan que el gasto real fue de 120 millones.
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curioso es que en ese estadio juega el equipo Las Guacamayas, fundado por Pío López Obrador, hermano del presidente, y lo absurdo es que este costoso escenario está prácticamente sin uso, en el abandono.
Con ímpetu por aprovechar su condición de presidente, López Obrador se instaló como en una tienda departamental y desde agosto de 2019 inició sus compras de pánico con dinero de los impuestos que pagan los mexicanos, con el fin de satisfacer sus caprichos por el beisbol.
La compra del abandonado Héctor Espino
El 16 de abril de 2020, el secretario de Hacienda de Sonora, Raúl Navarro, informó que el gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador compró por 511 millones 690 mil pesos el mítico estadio Héctor Espino, nombre dado en memoria del considerado mejor bateador de todos los tiempos.
El gobierno compró un vetusto y abandonado Héctor Espino, luego de que Naranjeros de Hermosillo se trasladó al nuevo Estadio Sonora, después de una época de 11 títulos ganados en la Liga Mexicana del Pacífico, entre 1972 y 2012.
Casi dos años después, el 22 de agosto de 2022, reabrió sus puertas el Héctor Espino, con motivo del juego inaugural de la Copa Mundial Sub-15 y luego de una inversión de 123 millones de pesos en su remodelación, llevada a cabo en plena pandemia.
Para ello se utilizaron recursos del Fondo Nacional de Infraestructura, un fideicomiso instituido al interior del Banco Nacional de Obras (Banobras) y con la participación también de la Secretaría de Hacienda, que liberó el dinero.