Tercera y última parte
Por Francisco Javier Vázquez Ponce
Ciudad de México, 31 mar. (AMEXI).- Diversos sectores de la sociedad se han pronunciado contra la desaparición y subordinación de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

Por un lado, un comunicado oficial de Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), firmado por el rector Leonardo Lomelí Vanegas, lamentó la propuesta de modificación al reglamento de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), porque “significará un retroceso en la capacidad del Estado para abordar los desafíos ambientales y adaptarse a las fluctuaciones políticas, poniendo en riesgo el gran valor del capital natural de México”.

Otras voces que han salido a protestar y defender a la Conabio son Preservemos Conabio, un grupo interdisciplinario que ha llamado en redes sociales a defender a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, y que ha organizado una campaña para recolectar firmas con el objetivo de fortalecer la institución, en lugar de desaparecerla (change.org/FortalezcamosConabio).

El Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente (Ceiba) también expresó, en un comunicado, su inconformidad con la propuesta de decreto y exhortó a que las modificaciones a Conabio que fueran necesarias, atiendan a una “amplia discusión pública” en la sociedad que promueva la independencia científica, financiera y administrativa de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, así como una serie de recomendaciones para mejorar su labor.

Es importante salir a defender esta institución. No únicamente desde redes sociales o con recaudación de firmas, que en el pasado poco han importado.

Es necesario dar a conocer por qué esta institución es tan valiosa para México, por qué es importante defender su presupuesto y autonomía, y que detengamos el desmoronamiento sistemático de instituciones bajo pretexto de austeridad, aun cuando estas mismas hayan cumplido cabalmente sus obligaciones bajo una absoluta transparencia. Defendamos a la Conabio.