Ciudad de México, 9 may. (AMEXI).- Proteger a los no bancarizados y sub-bancarizados es un desafío que requiere la colaboración de gobiernos, instituciones y proveedores de tecnología, además de invertir en tecnologías y procesos avanzados de prevención de fraude, con sistemas de monitoreo en tiempo real.
Así lo expuso FICO, empresa que ofrece software y herramientas analíticas para gestionar riesgos y combatir fraudes, que señala que las medidas antifraude son insuficientes para proteger a la población no bancarizada o sub-bancarizada, vulnerable a estafadores y cibercrimen, debido a la falta de educación y experiencia limitada con los servicios financieros formales.
Szymon Morytko, principal consultant de Fraude en FICO, explicó que la búsqueda global de la inclusión financiera ha llevado al desarrollo de productos financieros innovadores diseñados específicamente para este tipo de población antes excluida, que ahora maneja cuentas bancarias, billeteras electrónicas, tarjetas prepagadas, préstamos y plataformas de pago.
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“Si bien este progreso es sin duda positivo, también expone a estos grupos vulnerables a riesgos de fraude nuevos y únicos”, precisó el especialista.
Además, hay factores que se deben corregir
Señaló que los bancos y los proveedores de servicios de pago (PSP) deben desarrollar modelos y reglas para las personas y hogares de bajos ingresos. “Lo que puede parecer una cantidad nominal para una institución financiera puede ser devastador para alguien que vive con recursos limitados”, abundó.
A su vez, TJ Horan, vicepresidente de gestión de productos en FICO, sugirió equilibrar la facilidad y rapidez del movimiento de dinero con los controles adecuados y la comunicación para identificar y abordar las posibles señales de alerta, con machine learning e inteligencia artificial (IA) para detectar y prevenir fraude en tiempo real.
FICO refiere que según estudio de la OCDE, solo 17 por ciento de los adultos encuestados, tanto bancarizados como no bancarizados, considera tener un buen conocimiento financiero, y aunque la gran mayoría estaba al tanto de los productos financieros disponibles para ellos, 20 por ciento aún recurría a familiares y amigos para pedir prestado.
Menciona que el informe Findex del Banco Mundial anota que casi dos tercios de los adultos no bancarizados necesitarían ayuda para usar una cuenta si la tuvieran, lo cual destaca la necesidad de programas de educación accesibles y completos, ante lo cual, FICO precisa que la confianza es esencial para convertir a los no bancarizados en bancarizados.
Indica que otra barrera significativa para la inclusión financiera es la falta de identificación formal, lo que les dificulta el acceso a servicios financieros formales, lo cual se puede resolver con la adopción de una identidad digital.
“Los controles antifraude deficientes pueden erosionar rápidamente esta confianza, lo cual alejaría a las personas del uso de los servicios financieros formales” expone.
Ante ello, puntualiza que los gobiernos y los legisladores deben invertir en regulaciones y gobernanza que garanticen la disponibilidad de productos financieros seguros, accesibles y convenientes para todos.