Atahualpa Garibay. Corresponsal
Tijuana, BC., 10 may (Amexi).– En un 10 de mayo marcado por celebraciones, un grupo de madres enfrenta la fecha con corazones pesarosos y brazos vacíos.
La violencia vicaria, un tipo de violencia en la que los hijos son utilizados como medio para infligir daño a la pareja, ha dejado a muchas sin razón para celebrar, en espera de respuestas y acciones concretas por parte de la Fiscalía del Estado y el Poder Judicial.
Samantha Sesma, presidenta del colectivo Sesodi, denunció la inacción y las promesas vacías de las autoridades, describiendo las respuestas gubernamentales como un engaño: “Nos dan atole con el dedo”, afirmó Sesma.
Según ella, las madres afectadas por la violencia vicaria no sólo enfrentan la separación de sus hijos, sino que también son sometidas a diversos tipos de agresiones y negligencia por parte del sistema que debería protegerlas.
“Este no es un día feliz,” declaró Sesma, aludiendo a la triste realidad de muchas madres que se ven privadas del contacto con sus hijos debido a las manipulaciones y abusos de sus ex parejas, agravado por un sistema judicial lento y, a menudo, ineficaz.
Las denuncias presentadas por estas mujeres parecen perderse en un laberinto burocrático, dejándolas en un estado de desesperanza y desamparo.
Este 10 de mayo, mientras muchas familias celebran, Sesodi y las madres que representa piden no ser olvidadas y exigen a las autoridades estatales y judiciales una respuesta rápida y eficaz que ponga fin a su agonía y les permita recuperar el contacto con sus hijos.
Dijo que el colectivo llama a una reflexión sobre la justicia y la protección que el estado ofrece a las víctimas de violencia vicaria, insistiendo en que la lucha contra esta forma de abuso debe ser una prioridad.
Hacen un llamado en el marco del Día de la Madre, en busca de despertar conciencia y generar acción en un sistema que, hasta ahora, afirman, ha dejado mucho que desear en su capacidad para proteger a los más vulnerables.