Ciudad de México, 30 may. (AMEXI).- Cada año, el Jueves de Corpus se convierte en una ocasión especial para muchas familias mexicanas, quienes mantienen viva la tradición de vestir a sus niños de «inditos» para conmemorar esta festividad católica.
Aunque esta costumbre, llena de colores y significado, no sólo refleja la rica herencia cultural de México, sino también la profunda fe religiosa de sus habitantes, algunos lamentan que la participación en estas celebraciones haya disminuido con el tiempo.
El Jueves de Corpus o Corpus Christi es una festividad que celebra la Eucaristía y la presencia real de Cristo en el sacramento.
Un homenaje a los indígenas
En México, esta celebración se acompaña de la costumbre de vestir a los niños de «inditos», un homenaje a los indígenas que históricamente han sido parte integral de la fe y cultura del país.
Los pequeños son ataviados con trajes tradicionales: blusas bordadas, huipiles, pantalones de manta y huaraches, junto con coloridos rebozos y sombreros, y así “venden” sopes, churros, quesadillas, entre otros productos tradicionales.

María González, madre de tres hijos, recuerda con cariño que solía llevar a sus hijos a la misa de las 12 del mediodía en el Jueves de Corpus, vestidos con sus trajes tradicionales.
«Era una experiencia muy bonita y significativa para nosotros. Había tanta gente que la iglesia se llenaba y teníamos que llegar temprano para encontrar un lugar,» comenta con una sonrisa nostálgica.
Sin embargo, María lamenta que hoy en día la afluencia ha disminuido notablemente. «Es triste ver cómo ha cambiado. Antes, la misa de las 12 era una tradición que reunía a la comunidad. Ahora, veo menos niños vestidos de inditos y menos familias participando. Es como si la esencia de esta celebración se estuviera perdiendo, es algo en lo que tenemos que trabajar como comunidad para no perder la tradición».
A pesar de la disminución en la participación, en iglesias como la Parroquia de San Pedro Apóstol, en el Pueblo Originario de Cuajimalpa, algunas familias siguen comprometidas a mantener viva esta tradición.
María menciona que, a pesar de todo, continúa vistiendo a sus nietos y llevándolos a la iglesia tal como lo hicieron sus padres con ella. «Es importante para mí que los míos entiendan y valoren nuestras tradiciones», añade.
La tradición de vestir a los niños de «inditos» se mantiene como un testimonio de la fe y la cultura mexicanas. A pesar de los cambios en la participación comunitaria, el compromiso de las familias por mantener vivas estas tradiciones es una señal de amor por sus raíces y muestra de su fe.







