Ciudad de México, 30 jul. (AMEXI). – Los bancos mexicanos se mantendrán saludables durante el cambio de gobierno, pero la desaceleración de la economía y las tasas de interés persistentemente altas presionarán su crecimiento, la calidad de sus activos y su rentabilidad, anticipó S&P Global Ratings.
En su análisis sobre el panorama bancario en América Latina, la calificadora internacional de riesgo crediticio con consideramos que los bancos están bien posicionados para navegar la próxima transición de gobierno dados sus sólidos fundamentos crediticios.
“Esperamos una amplia continuidad de las políticas durante el próximo gobierno, pero, si los pesos y contrapesos se debilitan, la confianza de los inversionistas podría disminuir”, advirtió.
Señaló que la calidad de los activos de los bancos se deteriorará ligeramente (desde niveles saludables) hacia finales de año y a lo largo de 2025.
“Una economía en desaceleración y tasas de interés altas debilitarán la capacidad de las personas y de las empresas para pagar sus deudas”, estimó.
Sin embargo, precisó, las habituales prácticas conservadoras de otorgamiento de créditos de los bancos amortiguarán el impacto.
Tranquilidad durante cambio de gobierno
S&P apuntó que no espera cambios significativos en el sistema bancario una vez que asuma el cargo el nuevo gobierno, que será encabezado por la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, el 1 de octubre próximo, una vez que concluya el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Anticipó que los bancos comerciales seguirán ofreciendo la mayor parte del crédito en el país (45% a 50% del préstamo total), y consideramos que los préstamos de estas entidades se expandirán 4% en términos reales en 2024-2025.
No obstante, advirtió, la demanda de crédito se moderará a medida que la economía se desacelere y la confianza de los consumidores y de las empresas se debilite.
“Esperamos que el crecimiento se desacelere notablemente en el segundo semestre de 2024, una vez que la inversión pública se desacelere y la demanda estadounidense se modere”, añadió.
Indicó que mientras el mercado de deuda local se mantenga en calma, los bancos pueden respaldar las necesidades de financiamiento de las grandes y medianas empresas con una calidad crediticia adecuada.
Los préstamos a personas se concentrarán en tarjetas de crédito, créditos de nómina e hipotecas, anotó S&P.
Qué esperar el próximo año
La agencia evaluadora recordó que el nuevo gobierno asumirá el cargo el 1 de octubre de 2024.
“Esperamos una amplia continuidad de las políticas (fiscal, monetaria y comercial) bajo el próximo gobierno”, previó.
Alertó que las posibles medidas que debiliten los pesos y contrapesos (incluidos el poder judicial y la autoridad monetaria) podrían debilitar la confianza de los inversionistas. Esto podría perjudicar el crecimiento y la calidad crediticia del soberano.
Proyectó que el nearshoring podría aumentar la demanda de crédito, pero avanza lentamente. “Todavía vemos obstáculos considerables, que incluyen el suministro confiable de energía y agua limpias y la disponibilidad de mano de obra especializada, entre otros”, acotó.