Ciudad de México, 3 ag. (AMEXI).- ¿La inadecuada alimentación durante el embarazo puede acarrear consecuencias graves?
Entre los padecimientos que se pueden generar son: diabetes gestacional, preeclampsia y complicaciones durante el parto, entre otros problemas de salud, advirtió la Secretaría de Salud.
La diabetes gestacional es la intolerancia a los carbohidratos con diversos grados de severidad durante el embarazo y que puede o no resolverse después de éste; se presenta niveles altos de glucosa en sangre.
La prevalencia a nivel mundial se ha estimado en 7% de todos los embarazos, resultando en más de 200 mil casos anuales y de 1 a 14%, según la población analizada.
En México, entre 8.7 y 17.7% según el IMSS.
Riesgo mayor
La Secretaría de Salud precisa que las mujeres que tienen más riesgo de presentar este tipo de diabetes son las mayores de 25 años, con sobrepeso u obesidad.
También quienes tienen antecedentes familiares de diabetes mellitus tipo 2, padecen hipertensión arterial o aumentan excesivamente de peso durante el embarazo o presentan síndrome de ovario poliquístico.
Hay mayor riesgo de aborto, de que el bebé presente malformaciones congénitas, restricción del crecimiento intrauterino o crecimiento excesivo.
Asimismo, según estudios de especialistas publicados en scielo.org.mx, la diabetes gestacional complica de 8 a 12% de los embarazos, y la proporción aumenta cada año.
Quienes tienen este padecimiento pueden presentar después diabetes tipo 2, y sus hijos tendrán mayor riesgo de padecer obesidad y diabetes.
Asintomáticas
La especialista del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINS) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Claudia Ivonne Ramírez Silva, destacó la importancia de llevar una alimentación adecuada, pues el embarazo y la lactancia aumentan las necesidades nutrimentales de las mujeres.
Al participar en el simposio “Tendiendo puentes: lactancia materna como prioridad en la agenda política. Semana Mundial de la Lactancia Materna 2024”, explicó que esa condición se debe a que deben satisfacer demandas fisiológicas y metabólicas derivadas del mismo embarazo.
Información difundida por Medline indica que las hormonas del embarazo pueden interferir con la función de la insulina e incrementar la glucosa en la sangre.
Advierte que la diabetes gestacional puede no presentar síntomas en muchos casos y sólo aumentar la sed o los temblores.
“Puede provocar que nazca un bebé más grande, problemas de parto y necesidad de cesárea, además de mayor riesgo de presión arterial alta durante el embarazo.”
También señala que ese tipo de diabetes aumenta los riesgos de concebir un bebé muy pequeño o mortinato, es decir, que muere después de 28 semanas de embarazo, pero antes del parto o durante éste.
“Cada año se producen casi 2 millones de muertes prenatales, una cada 16 segundos”, señala la Organización Mundial de la Salud respecto de este tipo de muertes de bebes, no siempre relacionadas con diabetes gestacional).
Vigilancia médica
Una alimentación inadecuada puede generar, además, problemas con el azúcar en la sangre o electrolitos en el bebé durante los primeros días tras el alumbramiento.
Después del parto, los niveles altos de azúcar en la sangre suelen volver a la normalidad. Sin embargo, muchas mujeres con diabetes gestacional presentan diabetes cinco o 10 años después de dar a luz.
El riesgo es mayor en las mujeres obesas, pero toda mujer que presente este padecimiento debe recurrir a vigilancia médica después de dar a luz.
También deben continuar haciéndose chequeos en las citas con el médico para detectar signos de diabetes persistente.
Para evitar estos riesgos las autoridades médicas recomiendan embarazarse cuando se tiene un peso ideal, y en caso de sobrepeso, perderlo antes del embarazo.
Cuando ya se padece sobrepeso, la recomendación consiste en procurar alimentación saludable y hacer ejercicio, como camina o nadar. Si se da el caso, el médico puede optar por la medicación.
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Ante determinados síntomas hay que buscar atención médica inmediata:
- Si el bebé parece moverse menos en el vientre.
- Visión borrosa-
- Más sed de lo normal.
- Náuseas y vómitos que no desaparecen.
“Es normal sentirse estresada o triste por estar embarazada y tener diabetes. Sin embargo, si estos sentimientos son muy agobiantes, hay que ponerlo en conocimiento del médico”, concluyó.
Foto cortesía Secretaria de Salud.







