La décima edición del Festival Ibérica Contemporánea vivió una de sus noches más memorables con la Gala Flamenco de Raíz, un despliegue de talento y pasión que reunió a destacados exponentes del arte jondo sobre el escenario. El teatro, lleno a su máxima capacidad, fue testigo de un espectáculo donde la emoción, la técnica y el legado flamenco se dieron la mano.
La función abrió con la fuerza interpretativa de Mara Rey, cuya voz sigue retumbando en la memoria de los asistentes. Dueña de un cante profundo y una presencia escénica conmovedora, la artista llevó las emociones del público hasta el escenario, envolviéndolas en su arte. Su actuación marcó el tono íntimo y apasionado de la velada.
Carmen Talegona continuó con un baile por alegrías cargado de elegancia y dominio técnico. Vestida con un sombrero cordobés y envuelta en un aura ocre, la bailaora hizo suyo el compás con precisión y majestuosidad. Cada acento, cada zapateado, fue aprovechado con maestría para construir una pieza llena de carácter.
El segundo acto estuvo a cargo de Nazaret Reyes, quien incendió el escenario con su energía desbordante y su poder flamenco. Sus interpretaciones de Seguiriya y Caña fueron una muestra de bravura, herencia y actitud: una explosión de pellizcos, luces y desenfreno artístico que encendió los corazones del público.
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El Farru, uno de los momentos más esperados de la noche
El momento más esperado llegó con la presencia de El Farru, cuyo arte provocó una ola de “¡Olés!” nacidos desde el alma. Dueño de un compás natural y una fuerza escénica única, El Farru confirmó por qué es una de las grandes figuras del flamenco contemporáneo. Su intervención fue el clímax de una noche que ya de por sí ardía de emoción.
La música en vivo acompañó con solvencia cada interpretación: Juan Campallo y Jesús Rodríguez en las guitarras; Mara Rey e Iván Carpio en el cante; y Manuel Fernández “Lolo” y Paco Vega en las percusiones.
Además del espectáculo, la noche rindió homenaje a tres figuras fundamentales del flamenco: Tony Rey, guitarrista jerezano de proyección internacional, con una profunda huella en México. El trofeo fue recibido por su hija, Mara Rey, visiblemente emocionada.
Raquel y Joaquín Fajardo, pareja artística y de vida, unidos por el flamenco y su difusión en tierras mexicanas, donde hoy radican y comparten su arte a través de una academia de baile. En su nombre, recogieron el reconocimiento los maestros Cristina Aguirre y Cristóbal Reyes, quienes ofrecieron palabras llenas de afecto y admiración.
La directora general del Festival, Adriana Covarrubias, fue la encargada de entregar los trofeos conmemorativos, celebrando la trayectoria y el legado de estas grandes personalidades.
Flamenco de Raíz no solo fue una gala, fue una experiencia sensorial que recordó por qué este arte sigue tan vivo y necesario: porque en cada zapateado, en cada quejío y en cada acorde, palpita la memoria y el futuro del flamenco.