Después de seis años de espera, la emblemática escalinata del Nohoch Mul, en la Zona Arqueológica de Cobá, vuelve a abrir sus puertas al público.
Con 42 metros de altura, se trata del basamento más elevado del norte del área maya, y su reapertura permite a los visitantes ascender y descender de forma segura mientras disfrutan de vistas únicas de la selva y la arquitectura prehispánica.
La reapertura la encabezó la secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, acompañada por autoridades del INAH, representantes del gobierno de Quintana Roo y líderes ejidales de Cobá.
Durante el evento también se presentó la nueva Unidad de Servicios del sitio, una obra realizada como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), vinculado con el Tren Maya.
Con una inversión cercana a los cinco millones de pesos, las acciones buscan fortalecer la conservación del patrimonio y mejorar la experiencia de los visitantes.
Lee: Choluís presenta “Trolebús en sentido contrario” en San Juan del Río
Historia y grandeza del Nohoch Mul
Joel Omar Vázquez Herrera, director general del INAH, recordó que Cobá, en su auge entre 200 y 600 d.C., se extendía por 70 kilómetros cuadrados y albergaba a aproximadamente 50 mil habitantes.
Su importancia se derivaba de las redes comerciales que conectaban esta ciudad con otros centros mayas como Chichén Itzá, Ichkabal y Tikal.
De acuerdo con los estudios epigráficos recientes, se determinó que la ciudad se fundó el 12 de mayo de 569 d.C.
Por su parte, Atilano Huicab Nájera, representante de las autoridades ejidales, enfatizó el valor cultural y espiritual del sitio, invitando a los visitantes a “mirar hacia arriba, hacia la grandeza de nuestros orígenes”.
La restauración de la escalinata
La nueva escalinata, elaborada en madera y diseñada por ejidatarios de Noh Bec, cumple con las normas internacionales de restauración de monumentos arqueológicos y permite ascender y descender de manera segura.
Julieta Ramos Pacheco, jefa de campo del Promeza, explicó que la estructura incluye entrecalles y descansos estratégicos para facilitar el flujo de visitantes.
El diseño se realizó tras un levantamiento topográfico detallado de cada escalón del Nohoch Mul, que permitió conocer con precisión los relieves y las oquedades del monumento, garantizando así la seguridad y funcionalidad de la escalera,
Además, se utilizaron maderas locales como tzalam, caoba, parota y chicozapote, conocidas por su resistencia y durabilidad.
La intervención no solo recupera el acceso al basamento, sino que también refuerza los espacios de diálogo y colaboración con la comunidad de Cobá, fomentando la apropiación social del patrimonio y la conservación del sitio a largo plazo.
Con la reapertura del Nohoch Mul, visitantes y locales podrán nuevamente experimentar la magnitud histórica y cultural de Cobá.






