La tradición de las portadas florales de los medios pueblos de Atlalilco y Axomulco, en Iztapalapa, se convirtió en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad de México, un reconocimiento que protege más de 200 años de historia y expresión comunitaria.
La Secretaría de Cultura capitalina, en coordinación con la alcaldía Iztapalapa, hicieron la declaratoria durante una ceremonia realizada en la Catedral del Santo Señor del Sepulcro.
Esta tradición se remonta a 1792, vinculada a la Peregrinación a la Basílica de Guadalupe, surgida de un suceso considerado milagroso durante la caza de patos en el lago de Iztapalapa.
De allí nació la Mayordomía de la Virgen de Guadalupe de los Tiradores, que cada año acude al Tepeyac, y posteriormente la Sociedad Florera del Medio Pueblo de Axomulco, encargada de elaborar la portada floral interna de la Basílica.
Estas portadas no solo tienen un valor religioso, sino que constituyen un símbolo de cohesión social, identidad y memoria histórica, conectando generaciones de vecinos, artesanos y devotos.
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¿Cómo se elaboran las portadas florales?
La construcción de una portada floral es un proceso comunitario y artesanal que requiere varios domingos de trabajo intenso.
Las dimensiones de las portadas internas pueden alcanzar 15 a 17 metros de ancho por 12 metros de largo, con un peso aproximado de 3.5 toneladas.
Para su elaboración se utilizan diversos materiales como
- Maderas y ramas nativas, como el acoxal del Cerro de la Estrella, para la estructura principal.
- Miles de flores naturales, cuidadosamente seleccionadas y colocadas para formar patrones y figuras simbólicas.
- Follaje y ornamentos naturales, integrando elementos de la flora local y técnicas tradicionales de ensamble.
El trabajo involucra a personas todas las edades de la comunidad, desde jóvenes que aprenden las técnicas hasta adultos mayores que transmiten los saberes heredados, combinando creatividad, paciencia y devoción.
El resultado es un paisaje ritual único, donde el simbolismo prehispánico y la fe católica se entrelazan en un arte efímero pero profundamente significativo.
Un reconocimiento que protege la tradición
Durante la ceremonia, se anunció que las portadas florales serán integradas al Plan de Salvaguarda, un mecanismo para garantizar que la tradición continúe viva y respetada.
La alcaldesa de Iztapalapa, Aleida Alavez Ruiz, resaltó que esta declaratoria honra la identidad cultural, el trabajo comunitario y la devoción religiosa de los pueblos participantes.
Además, se entregaron reconocimientos a las 14 sociedades florales que mantienen viva la tradición, incluyendo la Sociedad de la Portada de Flor Natural de Santa Bárbara, la Sociedad Florera del Barrio de San Ignacio, la Mayordomía de Jesús Nazareno Señor Tepalcingo y la Sociedad del Pueblo de Axomulco, entre otras.
Valor cultural y social
Las portadas florales de Atlalilco y Axomulco representan más que un arte visual; son símbolos de identidad y memoria colectiva, prácticas que fortalecen la cohesión social y la continuidad de saberes tradicionales, y expresiones rituales que vinculan a la comunidad con paisajes históricos y el sincretismo religioso.
Este reconocimiento asegura que la tradición se proteja, se documente y se difunda para las futuras generaciones.







