Por Jonathan Sánchez
Ciudad de México, 3 jul. (AMEXI).- A 25 años de que se oficializó el boxeo femenil en México, ahora es toda una realidad y con grandes exponentes, aseguró Mauricio Sulaimán, presidente del CMB.
Pero a pesar del éxito y de lo que ha avanzado el llamado pugilismo de guantes rosas, Ana María Torres asegura que las pugilistas aún no pueden vivir de su profesión.
Por décadas el boxeo femenil en México fue clandestino e ilegal. Aunque en la década de los 30 del siglo pasado ya había boxeadoras en el país y fueron prohibidas.
Fue en la década de los 90 cuando Laura Serrano le dio un nuevo impulso, incluso peleó en Estados Unidos con o sin aval.
Fue el 3 de julio de 1999 cuando se realizó, de manera oficial, la primera pelea femenil en México.
Laura Serrano, la histórica
“Laura fue a pelear al MGM cuando todavía no había boxeo en nuestro país, ella fue sin duda una de las grandes pioneras. Don Raúl Cruz fue un gran impulsor que hizo muchas gestiones”, recordó Mauricio Sulaimán.
Aunque ya pasó un cuarto de siglo desde aquella pelea en la Arena México, donde Ana María Torres venció a Mariana “Barby” Juárez, por decisión dividida en cuatro rounds, hoy las pugilistas mexicanas en general estelarizan carteleras.
“(El promotor Raúl Cruz) hizo la primera función de todas las mujeres aquí en el sur de la ciudad y estamos muy contentos de que esto ahora es una realidad”, dijo el presidente del CMB.
El boxeo femenil ha dado grandes campeonas mundiales, más de 30 en la historia, y dos en el Salón de la Fama Internacional de Boxeo: la “Guerrera” Torres y Laura Serrano.
Raúl Cruz les tuvo confianza
Sulaimán considera que cuando sean elegibles, Jackie Nava y la Barby Juárez les harán compañía.
“Ellas pusieron las semillas para poder llegar a tener la gran cosecha. Sus experiencias, sus vivencias han ayudado mucho a mantener el reglamento único para las mujeres, es obvio que el hombre y la mujer son diferentes”, dijo.
A 25 años de su debut, Ana María Torres y recién inducida al Salón de la Fama, está feliz, pero lamenta que las boxeadoras no puedan vivir del pugilismo, como a ella le sucedió al principio, que sólo había para los frijoles.
“Es una fiesta para nosotras, sé que el deporte del boxeo femenil es muy difícil porque todas las mujeres todavía no podemos vivir del boxeo”, dijo Ana María.
Corazón feliz
Lo que tiene contenta a la “Guerrera” son las satisfacciones de tantos años de carrera, en la que conquistó el título mundial supermosca y ofreció grandes peleas.
“Llevamos muchas satisfacciones en nuestro corazón y con la gente que nos rodea, que son grandes satisfacciones y mucha felicidad, agradecida con Dios por tantas bendiciones”, compartió.