Por José Luis Simón
Ciudad de México, 22 may. (AMEXI).- A sus 14 años salió Luis Ángel Malagón con destino a Torreón, a buscar suerte con Santos Laguna, dejó su casa, sus padres, hermanos y ahora va por el bicampeonato con América.
Es portero titular de Águilas y se perfila en esa posición en la selección nacional para la Copa del Mundo 2026, pero esa fama no lo hace perder el piso, ni perder su sencillez y menos olvidar su historia de precariedades.
Quien mañana va a salir a la cancha del estadio de la Ciudad de los Deportes, reflexionó hoy sobre su infancia, al recordar que a los 14 años salió de su casa y si, entonces, le hubieran preguntado que disputaría un bicampeonato con América “diría que no, pero (al vivirlo), me sabe a gloria, ¿sabes?”.
Sabe que cada uno de los integrantes de América tiene su propia historia, que les ha costado llegar a esta instancia de la competencia y “cuando llegas a momentos de satisfacción, de felicidad, lo disfrutas tanto porque simplemente sabes lo que te costó”.
Esa es la historia de Malagón Velázquez, de momentos complicados, de recordar a sus padres que se quitaron el taco de la boca para dárselo a sus hermanos y a él, y por ello se siente contento, bendecido, afortunado de estar en la final.
Trabaja como principiante
Disfruta el remanso de lo bonito que ha vivido con Águilas en año y medio y se define como un “tipo que quiere seguir trabajando como cuando salió de su casa para irse a Santos Laguna sin saber qué le iba a deparar el destino”.
Un reportero le recordó la fecha de aquel 26 de mayo de 2013, cuando Moisés Muñoz hizo un gol que revivió al América para coronarse ante Cruz Azul, y el próximo domingo, cuando se juegue el encuentro de vuelta de la final, va ser 26 de mayo, toda una gran coincidencia.
Respondió que él no cree en eso, pero lo que sí es cierto es que Moi Muñoz es un gran arquero y es su ídolo, salió también de Morelia y hace poco habló de él y se siente honrado por lo que dijo.
Sepúlveda le daba «raid»
En el camino recibió apoyo de varias personas y una de esas es el atacante de Cruz Azul, Ángel Sepúlveda, con quien hizo equipo en Monarcas Morelia.
“Lo quiero mucho. Me tocó en Morelia y en Necaxa y el me daba ‘raid’ porque yo no tenía coche. Él me decía ‘qué onda, vale’, y se lo agradezco. Ahora como rivales, pero él sabe que lo quiero mucho y sabe lo que representa para mí por todo lo que me ayudó”, compartió.
Sobre esas dificultades que tuvo en el camino sólo las pudo superar con sus papás y desafortunadamente su padre sufre discapacidad y su mamá sufrió infartos y “verlos casi sin vida te activa, te hace sacar fuerzas de donde no hay”.
Pero ahora ya no trabajan, viven con él y cree que algunos piensan que tiene “mamitis”, pero eso no le importa, porque fue tanto tiempo que estuvo lejos de su madre y eso le pesó mucho.
“Ahora tengo la bendición de tener ese plato en casa y sobre todo que mi mamá me lo cocine, creo que eso es lo que me mantiene aquí, porque saben que la fama te puede marear y mi padres me dicen ‘hey muchachito, no es por aquí, es por acá’ y eso me mantiene bien”, compartió.