El deporte se ha convertido en “un todo” para los practicantes entre los 122 millones de refugiados que existen en el mundo.
En el Día Mundial del Refugiado, que es cada 20 de junio desde 2001, el deporte toma una relevancia en la inclusión, desarrollo personal y colectivo, en lo educativo y en salud, en inspiración, sueños y metas.
El campamento de Kakuma, en el noroeste de Kenia, que existe desde 1992, tiene algo particular entre los refugiados y el deporte, porque es considerado “la cuna” del Equipo Olímpico de Atletas Refugiados y de la Fundación Olímpica para los Refugiados.
Ahí vio nacer Thomas Bach, el presidente saliente del Comité Olímpico Internacional (COI), el primer equipo olímpico de refugiado, el cual impulsó con Flippo Grandi, quien sigue como Alto Comisionado de ACNUR.
Primer equipo
Del campamento de Kakuma salieron 5 de los 10 atletas que integraron el primer equipo de refugiados para unos Juegos Olímpicos, los de Río 2016.
El equipo lo formaron Popole Misenga y Yolande Mabika (judo), Rami Anis y Yusra Mardini (natación), Yiech Pur Bield, Paulo Amotun, Rose Nathike Lokonyen, , Yonas Kinde, Anjelina Nadai Lohalith (atletismo) y James Nyang (atletismo).
Y para los Juegos Paralímpicos Río 2016 lo hicieron Al Hussein (natación) y Shahrad Nasajpour (atletismo) y todos ellos son históricos.
A partir de entonces participaron equipos en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos Tokio 2020 y París 2024 y también desfilan en las ceremonias de inauguración y clausura.
Del deporte a la pantalla
La historia de Yusra Mardini inspiró la película “Las nadadoras”, que cuenta su traumática salida de una Siria en guerra hasta llegar a Alemania y a los Juegos Olímpicos Río 2016.
A su vez, el club de futbol Barcelona presentó la semana pasada, en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, el documental “Más que un club”, que se centra en personas refugiadas que encuentran un remanso de paz en Uganda.
Monterrey, Tigres UANL, Real Madrid y más
Son diversos clubes quienes suman acciones a favor de los millones de refugiados en el mundo y en México se encuentran los de futbol Rayados de Monterrey y Tigres de la UANL, así como el de basquetbol Fuerza Regia y el de beisbol Sultanes de Monterrey.
Entre ellos se encuentra el Real Madrid, que desde 2011 apoya con su fundación a niños que asisten a las escuelas de ACNUR en la Franja de Gaza y Cisjordania.
El St. Pauli de Hamburgo, un club de futbol que se caracteriza por su formación y contenido social, brinda asesoría legal gratuitos a refugiados en Hamburgo, además de su programa “Futbol para todos”.
Necaxa e Ibrahime Sylla
Nació en República de Guinea, de donde salió desplazado por la violencia y después de miles de kilómetros recorridos, llegó a México en 2022.
Es un futbolista refugiado que quiere obtener su registro y jugar en la Liga MX con el uniforme de Rayos.
El sueño mexicano
El “sueño americano” se ha convertido en el “sueño mexicano”, como el de Ibrahime Sylla, de acuerdo a un informe de ACNUR, en el que da cuenta que México ha otorgado a 50 mil personas refugiadas la oportunidad de reiniciar sus vidas con dignidad, mediante un sistema de asilo o un marco jurídico.
ACNUR destaca el Programa de Integración Local de México, en el que participan 650 empresas dando empleo y estas personas, dice el informe, tienen una contribución fiscal de 15 millones de dólares.
Zakia Khudadadi y el sueño olímpico
El 29 de agosto de 2024 es un día histórico, porque Zakia Khudadadi se convirtió en la primera integrante del Equipo Olímpico de Atletas Refugiados en ganar una medalla en la historia de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
Ella lo logró en los Juegos Paralímpicos París 2024, en la categoría K44 -47kg en parataekwondo y fue la de bronce.
“Esta medalla es un sueño. Hoy, estoy en un sueño. Esto, es como la vida. Estoy orgullosa de esta bandera porque soy una refugiada”, expresó quien ondeó en alto la bandera que distingue al equipo de refugiados.
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Ella nació en Afganistán, al que representó en Tokio 2020, pero después los talibanes tomaron el poder y le impidieron participar en París 2024, por lo cual salió de su país para ganar la presea de bronce.
Quien en su país fue mal vista por una malformación en uno de sus brazos y por ser mujer no la dejaron competir en París 2024, lo tiene todo bien claro: “El deporte es una luz y un milagro en mi vida”.