Los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León empataron 2-2 ante el Mazatlán en El Encanto y mantuvieron su mala racha de resultados.
No ganar contra un equipo del calibre de los cañoneros levanta las alarmas, pero hacerlo contra diez hombres es inaceptable para un grupo que tiene aspiraciones de llevarse el título al final de la temporada.
Mientras los del norte lamentaron una oportunidad desperdiciada, los del Pacífico celebraron un punto de oro que puede significar su clasificación a la Liguilla al término del torneo.
A pesar de su despliegue futbolístico limitado, el técnico Robert Dante Siboldi le ha dado resultados importantes a la institución morada, este con un toque más especial por la forma que salió del equipo universitario.

Si el partido para Mazatlán se mostraba cuesta arriba desde antes del silbatazo inicial, la expulsión de Bryan Colula al minuto 4 parecía liquidar sus posibilidades. Pero, ante la sorpresa de los espectadores en el estadio, al 20’ Facundo Almada, definió con la cabeza dentro del área chica la impensada ventaja cañonera.
Las malas noticias no pararon para los tigres, que tuvieron que mandar directo al hospital al defensor Joaquim después de un fortísimo impacto con Nahuel Guzmán, pero la anotación de Ángel Correa justo antes del entretiempo fue un respiro importante que les dio la oportunidad de evaluar el resto del encuentro con más tranquilidad.
Sin embargo, dicho respiro duró segundos, pues al arranque de la parte complementaria, Fabio Gomes presionó un mal pase en zona baja y el intento de despeje del arquero argentino rebotó en la humanidad del atacante brasileño para que la pelota entrara de forma inverosímil al arco y la superioridad en el marcador regresara a los locales.
El resto del encuentro, la defensa cañonera y su arquero Ricardo Gutiérrez se convirtieron en un frontón que rechazó todos los embates visitantes.
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Pero la muralla mostró sus grietas al final del encuentro, primero con un gol anulado de André-Pierre Gignac y después con un golazo de Nico Ibáñez desde la media luna. Y en un cruel giro del destino, un minúsculo toque de Gignac hizo que el gol de José Purata al 102 fuera inválido, un cierre digno para el terrible partido felino.