El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) subrayó la urgencia de impulsar la inversión privada como motor fundamental para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza en México.
De acuerdo con el organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la falta de inversión suficiente —tanto pública como privada— ha limitado históricamente la generación de empleo formal, la productividad y el bienestar de los hogares.
Inversión insuficiente y caída reciente
Así, refirió que las cifras muestran que, salvo en 1981, la inversión total apenas ha superado el 25% del Producto Interno Bruto (PIB), nivel considerado mínimo para sostener un crecimiento de alrededor de 4 por ciento.
Sin embargo, precisó, el panorama actual es adverso: el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que en agosto del 2025 la inversión fija bruta cayó 8.9% respecto al mismo mes del año anterior, el mayor descenso desde enero de 2021.
En paralelo, la inversión pública en infraestructura se ha reducido drásticamente. Entre enero y septiembre, la inversión física del sector público registró una caída anual de 32.5%, acumulando siete retrocesos consecutivos.
Este rezago, sumado a la incertidumbre interna y externa, ha generado cautela en las decisiones privadas de inversión, que llevan tres trimestres consecutivos en terreno negativo, añadió
Impacto en crecimiento y productividad
Además, el CEESP enfatizó que una mayor inversión productiva eleva la demanda agregada, expande la capacidad de producción y mejora la productividad.
La inversión en infraestructura pública —carreteras, puertos, ferrocarriles, energía y servicios de agua— es esencial para reducir costos de producción y logística, fortalecer la competitividad y generar empleos de calidad.
No obstante, el desvío de recursos hacia programas sociales mediante transferencias directas ha debilitado la capacidad del Estado para detonar proyectos de infraestructura, lo que a su vez desalienta la participación privada.
Riesgos adicionales: inseguridad y desconfianza
Por otra parte, el organismo también alertó sobre el impacto de la inseguridad y la violencia en el ambiente de negocios.
Señaló que la falta de sanciones y consecuencias agrava la incertidumbre, elevando la cautela de inversionistas nacionales y extranjeros.
Según la encuesta de expectativas del Banco de México, 93% de los especialistas considera que la economía está peor que hace un año y apenas 3% cree que es un buen momento para invertir.
Coordinación público-privada, condición indispensable
El CEESP concluyó que para alcanzar las metas de crecimiento —estimadas en apenas 1% para este año y 2.3% para 2026— es indispensable estimular la inversión privada mediante un entorno de negocios apropiado, reglas claras y certidumbre jurídica.
Resaltó que el trabajo coordinado entre los sectores público privado, con mayor transparencia y eliminación de trabas regulatorias, permitiría financiar proyectos de infraestructura de alto impacto, liberar presiones al erario y fortalecer la confianza de los inversionistas.
Sólo así, afirmó el organismo, será posible detonar el crecimiento sostenido y aliviar la pobreza en el país.







