En julio del 2025, México recibió cinco mil 330 millones de dólares por concepto de remesas familiares, lo que representa una contracción de 4.7% respecto a igual mes del año pasado.
Este dato marca la cuarta caída anual consecutiva en el flujo de dinero enviado por connacionales desde el extranjero, una tendencia que no se veía desde 2013.
De acuerdo con datos del Banco de México (Banxico), la disminución de las remesas en julio no es aislada.
Desde principio de año han mostrado retrocesos significativos: 12.3% en abril, 4.7% en mayo, 16.2% en junio (la mayor caída en casi 13 años) y nuevamente 4.7% en julio.
Así, el acumulado de enero a julio de 2025 se ubicó en 34 mil 889 millones de dólares, 5.5% menos que en el mismo periodo de 2024.
Pero más allá de las cifras macroeconómicas, el impacto se siente en los hogares.
Aunque la remesa promedio aumentó 3.6% anual y se ubicó en 416 dólares, el número de operaciones cayó 8.0%, lo que significa que menos familias recibieron apoyo.
Baja poder adquisitivo de remesas
Y lo más preocupante: al convertir estos ingresos a pesos y ajustarlos por inflación, el poder adquisitivo cayó 4.99% en julio.
Este fenómeno se explica por la apreciación del peso mexicano frente al dólar.
En julio, el tipo de cambio FIX fue de 18.71 pesos por dólar, una apreciación anual de 2.32 por ciento.
Aunque el fortalecimiento de la moneda mexicana podría parecer positivo, en realidad reduce el valor en pesos de cada dólar enviado, afectando directamente el consumo de millones de familias que dependen de este ingreso.
Esto, ya que las remesas representan cerca del 5% del consumo nacional y 3.5% del Producto Interno Bruto (PIB).
Así, su debilitamiento, tanto en volumen como en poder adquisitivo, es un factor que contribuye al estancamiento económico que vive México en 2025.







